Barcelona en posguerra 1939-1945
Nacionalcatolicismo
Con la victoria franquista, la religión católica quedó situada en el centro de toda la vida colectiva del país. La Iglesia, convertida en un actor principal de la dictadura, consiguió un control acaparador de la vida educativa, social, moral y cultural del país.
Durante los primeros años de la posguerra, Barcelona vivió una proliferación de actos religiosos, tanto en el espacio público como en las escuelas, edificios institucionales y culturales o monumentos históricos. El Auxilio Social se dedicó a organizar actos masivos de confirmación y comunión de niños y niñas en la Plaza de Sant Jaume, delante de la Catedral y en la iglesia del Pi, entre otros. El retorno del Cristo de Lepanto a la Catedral, en el recorrido entre la Plaza de Cataluña y la sede catedralicia, fue una demostración masiva de la alianza entre poder político, Iglesia y Falange. Las renovadas celebraciones del Corpus, la Semana Santa, las múltiples celebraciones de la Santa Misión y los Congresos Eucarísticos provinciales, eran un recordatorio permanente de la nueva Barcelona, nacida de la «liberación» del 26 de enero de 1939.
Fiesta de la Confirmación celebrada en la Plaza Sant Jaume
Fiesta de la Confirmación en la Plaza de Sant Jaume
Invitación personal para asistir al acto de la Fiesta de la Confirmación
Adoración al Cristo de Lepanto
Celebración de la misa de homenaje al Cristo de Lepanto
Opúsculo explicativo
Acto de reposición de la Cruz del Tibidabo
Discurso del obispo Modrego a la multitud
Procesión del Corpus a su paso por la Plaza de Catalunya
Comunión de los 20.000 hombres
Invitación para las autoridades para asistir a la Comunión de los 20.000 hombres
Fiesta Eucarística Infantil
Recuerdo del Congreso Eucarístico Diocesano
Celebración de la misa de Jueves Santo en la Catedral de Barcelona
Venerable Congregación de Nuestra Señora de la Buena Muerte
Venerable Congregación de Nuestra Señora de la Buena Muerte
Fragmento del discurso de Miguel de los Santos Díaz Gómara en el acto de toma de posesión de su cargo de administrador apostólico de la Diócesis de Barcelona, 25 de marzo de 1939