Aparte del acceso a la educación, para identificar la existencia de desigualdades en el ámbito educativo debe observarse la composición por sexo de los estudios no obligatorios.

En esta cuestión existen dos dinámicas claramente identificables: por una parte, la especialización de género en las diversas ramas de conocimiento en todos los niveles educativos, y por otra, la presencia mayoritaria de hombres en las formaciones profesionales y de mujeres en el bachillerato y los estudios universitarios. Así pues, es preciso conocer el alcance de estos fenómenos en la ciudad de Barcelona.

 

 

El nivel de instrucción muestra el grado de estudios de la población. En Barcelona hay más mujeres que hombres que no tienen estudios, pero, a la vez, están más representadas en estudios universitarios o ciclos formativos de grado superior.

En la enseñanza no obligatoria se observa un fuerte impacto de los estereotipos y los roles de género a la hora de elegir los estudios. Desde la infancia se orienta a chicas y chicos hacia ciertas disciplinas académicas a las que socialmente se les asocian aptitudes “masculinas” o “femeninas”. Esta segregación se traslada posteriormente al mercado laboral.

El deporte es un aspecto muy importante para el buen desarrollo de niños y niñas y adolescentes. Muchas prácticas deportivas llevan una marca de género integrada; es decir, la percepción de que un deporte es “de niños” o “de niñas”. Esto decrece con la edad, pero puede condicionar la práctica de unas disciplinas deportivas en lugar de otras.