"La Guixeta demuestra que una plataforma de audiovisuales en catalán con un modelo ético tanto en los contenidos como en la tecnología es posible”

Entrevista a Raquel Bonell y Víctor Jiménez, miembros de La Guixeta.

14/11/2025 - 10:16 h

Con motivo de la campaña “Con la ESS todo puede cambiar”, que anima a la ciudadanía a conocer las propuestas de la ESS en todos los ámbitos de la vida diaria, y aprovechando que las protagonistas del mes de noviembre son las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), entrevistamos a Raquel Bonell y Víctor Jiménez, miembros de La Guixeta. Se trata de la primera plataforma de contenidos audiovisuales en catalán que aplica un modelo ético tanto en los contenidos como en la tecnología. Nos hablan de un proyecto cooperativo que une cultura, tecnología y economía social y solidaria.

La Guixeta es la primera plataforma de contenidos audiovisuales en catalán con un modelo ético¿se creó, en qué contexto y con qué objetivo principal?
-Víctor Jiménez (VJ): A pesar de que la presentación oficial fue el 12 de octubre de 2025, el proyecto se remonta a 2020-2023, cuando un grupo de creadoras en catalán dejaron de hacer contenido en la televisión pública porque había censura. En aquel momento, determinados contenidos audiovisuales en catalán tenían poca presencia en internet y muchas creadoras los hacían en castellano para poder llegar a una audiencia más amplia. Además, en internet, el contenido se monetiza según el número de visualizaciones, lo que limita la redistribución justa. Por este doble motivo creamos La Guixeta desde el cooperativismo, aprovechando las potencialidades de la ESS y el apoyo mutuo, con el objetivo de garantizar la libertad de expresión y dar visibilidad a contenidos audiovisuales poco presentes en la red.
-Raquel Bonell (RB): Muchas plataformas tienen sus propias líneas editoriales, y esto implica que producciones audiovisuales que no encajan con estas pueden encontrarse limitadas, tanto de producto como de contenidos. Por eso hacía falta una donde pudieran difundir sus contenidos libremente.

-¿Qué contenidos pueden compartir creadoras y productoras, y qué criterios hay que cumplir para formar parte de La Guixeta?
VJ: Tienen que seguir unos principios fundacionales colectivos, garantizando la libertad de expresión y el uso ético y de licencias libres. La selección se controla para evitar la presencia de discursos de odio y promover un consumo digital responsable, con un crecimiento sostenible y una publicación regulada (un video por semana) para proteger la salud digital y asegurar la calidad de los contenidos.

-¿Cómo controláis que no tengan cabida los discursos de odio?
-VJ: Tienen que cumplir unos criterios de admisión. Si identificamos un contenido no deseado, lo sacamos. Cuando la plataforma empiece a crecer, tendremos que adoptar entre todas un código de conducta.

-¿Qué entidades forman parte del proyecto y qué papel tienen?
-RB: La Guixeta forma parte de Som Audiovisual, una cooperativa de servicios que coordina varias cooperativas audiovisuales para identificar necesidades comunes y fortalecer el sector dentro de la cultura y la ESS. A través de la Fundación Seira, por ejemplo, conectan producciones audiovisuales con empresas cooperativas, permitiendo que un porcentaje de los beneficios se reinvierta en proyectos culturales gracias a mecanismos de inversión fiscal. Som Audiovisual también impulsa alternativas tecnológicas como un Vimeo cooperativo basado en PeerTube, un repositorio de video cooperativizado, ofreciendo una infraestructura y un servicio de distribución ética y colaborativa fuera de las grandes plataformas comerciales. La idea es poder fortalecer tanto el sector audiovisual como el sector cooperativo.
VJ: Las tres líneas de Som Audiovisual son La Guixeta, Video.coop (Peer Tube) y el mecanismo de inversión fiscal. Y todo esto se gestiona desde Som Audiovisual, de la que Quepo, BitLabClack forman parte del espacio motor.

-¿Cómo se organiza desde el punto de vista cooperativo?
-VJ: La propietaria de la infraestructura del servidor es Som Audiovisual y en esta misma infraestructura está también Video.coop. El software es de código abierto y ético, y todo el mundo puede ver qué hace y que no hace el algoritmo. Todo es de gestión democrática y los contenidos, que se suben con licencias libres Creative Commons, son propiedad de las creadoras, que deciden cómo subirlos y bajo cuál de las tres modalidades de monetización.

-Uno de vuestros primeros lemas fue “sin intermediarios”. ¿Cómo monetizáis los proyectos y redistribuís los ingresos?
-VJ: Hay tres formas de monetizar. Una es la taquilla inversa: si te gusta el audiovisual, puedes hacer una aportación directamente a la creadora, o si habla de un proyecto ético o solidario, también. Otra es la suscripción: pagando la cantidad que deseas y que va directamente a la creadora. Y una tercera, el pago por ver.
La cantidad que pagas a las plataformas convencionales se redistribuye de forma asimétrica y jerarquizada. Con una discográfica musical, por ejemplo, el artista se lleva del 8 al 12% y la discográfica del 88 al 92%. Nosotros intentamos revertir esto. Un 6% va a la infraestructura, otro 6% al mantenimiento de la plataforma y el servicio de monetización, y un tercer 6%, voluntario, a un fondo social audiovisual, que decidiremos entre todas  qué se invertirá.

-¿Tenéis socias que colaboran monetariamente?
-RB: Es un debate abierto, porque ahora mismo tenemos usuarias que no son socias. Creemos que la plataforma viene a cubrir una necesidad pública.

-¿El doble compromiso, cultural y tecnológico, contribuye a reforzar el ecosistema del ESS?
-RB: En La Guixeta se trabaja con círculos de confianza que conectan creadoras, contenidos y valores de la ESS, creando una cadena coherente con la forma de producir y difundir audiovisuales. Permite fortalecer colectivos, ofreciendo financiación inicial, cofinanciación y micromecenazgo.

-¿Cuántas creadoras y cuántas producciones hay actualmente?
-RB: Unas 40 creadoras y casi 200 proyectos muy diferentes: monologuistas, documentales, video pódcasts… La coherencia es la protección y la defensa de una lengua, y nos gusta pensar que en un futuro La Guixeta se pueda replicar en otras comunidades con otras lenguas del Estado español, como Galicia o el País Vasco.
VJ: Hemos detectado que el catalán en internet se utiliza cada vez menos, pero con el código abierto se pueden replicar por las compañeras cooperativistas de otros territorios.

-¿En qué tipo de público pensáis? ¿Habéis detectado perfiles de personas especialmente interesadas?
-VJ: Hay tres colectivos principales: personas próximas a la economía social y solidaria, profesionales del mundo audiovisual con mirada crítica y jóvenes creadoras y consumidoras de contenido. A pesar de que la plataforma está pensada para el público general, estos son los tres puntos de partida con posibilidad de ampliar, pero queremos tener un crecimiento orgánico, no exponencial.

-¿Veis La Guixeta como una alternativa a las plataformas comerciales o extractivas? ¿Cuáles son los principales puntos que os diferencian?
-VJ: Es una alternativa complementaria. No jugamos a la exclusividad. Tiene una identidad propia. Lo que tenemos que conseguir es que sea bastante fuerte para que la gente sepa qué encontrará.
Cuando algo que tiene que ver con gestionar unos datos digitales es gratuito, te tienes que hacer preguntas. Cuando Google te ofrece un correo electrónico gratuito, es que el producto eres tú. No hay nada gratis en el mundo del capitalismo extractivo. Desde aquí, generamos una serie de dispositivos de cultura cooperativa donde fomentamos un consumo cultural consciente.
RB: Ahora todo el mundo paga plataformas y el consumo en cuanto al audiovisual es altísimo, así que es importante plantearnos dónde queremos estar, dónde dejamos nuestro dinero. No se trata solo de teorizar, sino de que el modelo funciona, es válido y eficiente.

-¿Cómo os planteáis la continuidad y el mantenimiento?
VJ: La Guixeta busca un modelo de sostenibilidad directo, combinando entidades que aporten fondos y usuarias que contribuyan con pequeñas cantidades, todo sin intermediarios. Se busca establecer convenios público-cooperativos para mantener la infraestructura y, hasta ahora, hemos recibido dos subvenciones, del Enfortim l’ESS y del Impulsamos lo que haces por el modelo de gobernanza de Som Audiovisual, demostrando que con pocos recursos se consigue un gran resultado.
-RB: Las grandes plataformas tienen muchos recursos y creemos que en La Guixeta, con muy pocos, se ha hecho un trabajo ingente con un resultado excelente. Interpelamos a las administraciones para que sean conscientes de la necesidad de apoyar a una plataforma como esta, que puedan proteger la lengua y las creadoras desde unos paradigmas muy diferentes de los del mercantilismo. Se tienen que proteger los derechos culturales y las herramientas tecnológicas con las que se pueden llevar a cabo.

-¿Cuál sería el principal reto de futuro?
-RB: Consolidar un modelo de financiación que garantice la sostenibilidad. Esto no quiere decir que, en cuanto a los recursos privados, solo se tenga que mantener; por este motivo, promovemos que sea en un modelo público y comunitario.
-VJ: La plataforma tiene vocación de carácter público. Estaría bien empezar a pensar en La Guixeta como una plataforma público-cooperativa. Quizás nuestro siguiente paso es avanzar hacia aquí.

-Ya para acabar, el próximo 29 de noviembre intervendréis en la jornada de Acció Cultura Viva…
-VJ: Acció Cultura Viva, el festival musical de las fiestas de la Mercè impulsado por el Ayuntamiento que fomenta la cultura cooperativa, realiza actividades y charlas a lo largo del año. El 29 de noviembre habrá en Bloc4BCN un acto sobre cómo comunizar la música en el que participaré. Se organiza una charla sobre música en tiempo de guerras, una sobre alternativas a los macrofestivales y otra sobre herramientas de gestión comunitaria, democráticas y abiertas. Y esto lo montamos toda una serie de músicos que estamos intentando activar desde hace un tiempo una alternativa a Spotify. Han invitado a La Guixeta a explicarla como experiencia autogestionada.