Ramadán es el nombre del noveno mes del calendario lunar islámico y empieza, como los demás meses, con la aparición del creciente lunar después de la luna nueva. La visión del creciente es, pues, lo que determina el inicio del mes. Al tratarse de un calendario lunar, el inicio de los meses no siempre coincide con el de los meses del calendario solar y, además, cada año el comienzo de los meses lunares retrocede aproximadamente diez días con respecto al calendario solar. Eso explica por qué el mes del ramadán va rotando por todas las estaciones del año.
Es durante el mes de ramadán cuando los musulmanes cumplen el cuarto pilar del islam, que es el ayuno o abstinencia de toda comida, bebida o relación sexual (sawm) desde el amanecer hasta la puesta de sol. Las condiciones más relevantes para llevar a cabo este ayuno son ser musulmán, haber alcanzado la mayoría de edad y encontrarse en buen estado de salud. En los casos de viaje, enfermedad u otras complicaciones, la persona musulmana queda exenta del ayuno y puede recuperar los días que no haga ayuno más adelante.
Las personas musulmanas se levantan antes de la salida del sol para hacer el desayuno (suhûr) y hacen la ruptura del ayuno (iftâr) después de la puesta de sol. Durante el mes de ramadán, la oración de la noche suele ir seguida de una oración optativa (tarâwih), en la que cada noche se va leyendo una parte del Corán hasta que se completa su lectura. Hay que recordar que es precisamente durante el mes de ramadán cuando el profeta Muhammad recibió la primera revelación, y es durante este mes cuando nació el islam.
El día siguiente del último día de ramadán, se celebra la fiesta de la ruptura (‘îd al-fitr) con una oración matinal comunitaria. Durante tres días consecutivos, los musulmanes celebran el fin del ayuno, refuerzan sus vínculos con la comunidad y se reúnen con familiares y amigos. La felicitación que se hace entre musulmanes con motivo de la fiesta es ‘îd mubârak!.
El mes del ayuno tiene un alto componente eminentemente social y comunitario en nuestra ciudad, que lo convierte en algo más que una práctica individual. Durante el mes del ramadán, prevalece el aspecto relacional y familiar, y adquiere una relevancia destacada: es un periodo de socialización. Por eso se nos muestra como un momento singular en el que se puede observar cómo se expresan varias maneras de entender lo que supone ser musulmán en un contexto no musulmán. Un tiempo en el que se puede observar cómo las personas recuperan (según cada contexto) las referencias sociales, culturales y religiosas de origen. El Ramadán tiene, pues, una dimensión doctrinal, una dimensión social y de convivencia y una dimensión relacional.
Antes del inicio de la pandemia se habían organizado, por ejemplo, iftârs populares en diferentes barrios de la ciudad organizados por entidades y comunidades musulmanas con la voluntad de compartir, cohesionar y dar a conocer esta celebración. Desafortunadamente, este año, como ya sucedió el pasado, esta visualización de la dimensión social se ve menguada por el cumplimiento correcto de las medidas sanitarias establecidas por la situación de crisis sanitaria y epidemiológica. Puedes ver la celebración del Ramadán en Barcelona del año 2019 aquí.
Debido a la situación que todas y todos estamos viviendo, las tres federaciones islámicas, la Unión de Comunidades Islámicas de Cataluña (UCIDCAT), la Federación del Consejo Islámico de Cataluña (FCIC) y la Federación Islámica de Cataluña (FIC), han emitido un manifiesto para las musulmanas y musulmanes que empiezan el mes de ramadán en que recomiendan lo siguiente (puedes consultar todo el manifiesto en el documento adjunto):
1. Respetar las restricciones y las medidas sanitarias marcadas por las autoridades, el toque de queda desde las 22.00 horas hasta las 6.00 horas incluido.
2. Durante estos días, las personas musulmanas han vivido un debate interno sobre las opciones religiosas para unir, antes de la hora del confinamiento nocturno, las oraciones del magrib y del ‘ishâ’ y las oraciones del tarâwih en las mezquitas a causa de las medidas impuestas por las autoridades catalanas. En este contexto encontramos que hay dos opciones:
a. La opción de unir las oraciones del magrib i de ‘ishâ’ en la mezquita, antes del horario del confinamiento nocturno, durante todo el mes de ramadán, opción que tiene sus pruebas legítimas.
b. La opción de no reunir la oración del magrib y del ‘ishâ’ durante todo el mes de ramadán, y tiene sus pruebas legítimas.
Igualmente, la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Catalunya ha creado un apartado especial con preguntas frecuentes para dar respuesta a prácticas relacionadas con este mes de reflexión y recogimiento comunitario, por ejemplo, si es posible celebrar iftârs, si se pueden solicitar espacios para celebraciones colectivas, entre otras preguntas. Puedes consultar este apartado aquí.
¡Ramadân mubârak para todas las barcelonesas y barceloneses que esta semana celebran el inicio del mes de ramadán!