Se corregirán infracciones relacionadas con la conducción con una tasa de alcohol superior a la permitida o con presencia de drogas en el organismo, así como todas las que comporten situaciones de riesgo. En estos controles se incidirá en las pruebas de alcoholemia y de drogas en los conductores de bicicletas y ciclomotores, un colectivo especialmente vulnerable y en el que se ha incrementado la siniestralidad en los últimos años.
Esta campaña se inscribe en el dispositivo especial de Navidad, que tiene como objetivos principales el cuidado de las personas, la fluidez del transporte y la celebración sin incidencias de los actos vinculados a las fiestas.
La conducción con alcohol o drogas en el organismo es un factor de riesgo en la siniestralidad, y los controles preventivos son una de las herramientas más eficientes para evitar la circulación por la red viaria de conductores con riesgo potencial de tener un accidente. Tal como se establece en la Estrategia de seguridad vial 2030, el objetivo es conseguir llegar a reducir en un 50 % el número de lesionados graves y las víctimas mortales en esta fecha, con el horizonte de no tener ninguna víctima mortal en el año 2050.
La influencia del alcohol y las drogas en la conducción temeraria fue justamente el tema central del último Foro Barcelona de Seguridad Vial, hace dos semanas, en el que se abordó esta cuestión tanto desde la perspectiva policial y legal como desde la social, la institucional y la de la salud.