Un 47 % de los menores de la ciudad de entre 10 y 11 años disponen de un teléfono móvil con conexión a internet, y de estos el 42 % no tiene ningún tipo de limitación respecto al tiempo de uso y un 75 % asegura que le resulta difícil dejar de usar el móvil. En cuanto a los adolescentes, 3 de cada 4 dicen que no tienen límite de tiempo para usar el móvil.
Estos datos, junto con la alerta de los efectos nocivos que puede provocar el uso inadecuado de la tecnología, como alteraciones cognitivas, malos hábitos alimentarios, problemas de salud mental o el riesgo de sufrir adicciones a los dispositivos móviles, han impulsado un proceso participativo a través de la Mesa de Salud Mental para trabajar la medida de gobierno de bienestar digital.
El plan de acciones incluye 51 propuestas, que se desarrollarán en los próximos 4 años, entre las que destacan la creación de la figura del referente de educación digital comunitario y educativo, talleres preventivos sobre seguridad en el uso de la tecnología para niños y niñas, adolescentes y familias, el refuerzo de programas de ocio saludable, la promoción de espacios libres de móviles en equipamientos municipales y el impulso del Servicio de Orientación sobre Drogas como un servicio de asesoramiento, atención y orientación para adolescentes y jóvenes de hasta 21 años que hacen un uso excesivo de las tecnologías.