La mejora de la seguridad vial en la ciudad es una de las principales prioridades de la Guardia Urbana, y para eso es fundamental conseguir un cambio cultural en la conducción, la circulación y la movilidad de la ciudadanía que ayude a cumplir las normas básicas de tráfico y, consiguientemente, reduzca la siniestralidad vial y, sobre todo, el número de víctimas de tráfico.
Para alcanzar estos objetivos, es necesario incidir en la corrección de las conductas de riesgo, como son la conducción con niveles de alcohol superiores a las tasas permitidas o bajo los efectos de sustancias estupefacientes. Es por eso que, desde hoy y hasta el martes 16 de febrero, estará activa una campaña de control en toda la ciudad.
En estos controles se incide especialmente en la realización de pruebas de alcoholemia y drogas al colectivo de conductores de motocicletas y ciclomotores, a causa del elevado índice de siniestralidad que presenta. Se trata de un colectivo especialmente vulnerable, que, además, ha visto incrementada su accidentalidad en los últimos años.
En este sentido, el Plan local de seguridad vial 2019-2022 establece trece indicadores prioritarios que actúan para reducir la siniestralidad, y uno de los objetivos de estos indicadores es bajar del 1 % los positivos de alcoholemia en los controles preventivos aleatorios.
El dispositivo se complementa con mensajes preventivos ubicados en los paneles informativos de las rondas y del resto de la ciudad, con el fin de sensibilizar a los usuarios de los vehículos en la mejora de la seguridad vial.
Además, y ante la situación provocada por la COVID-19, la Unidad Central de Tráfico de la Guardia Urbana añade a la campaña la vigilancia y el control del cumplimiento de la limitación de la circulación de personas y vehículos.