En l’ EBM el Roure basamos nuestros objetivos de centro en la actividad cotidiana: la higiene, la alimentación y el descanso.
El día en la escuela gira en torno a la adquisición de hábitos y rutinas, las que se reparten a lo largo de la jornada. Las educadoras acompañamos, respetando los intereses de cada niña y niño, procurando crear un ambiente tranquilo y agradable, fruto de haber creado un buen vínculo afectivo.
Estos momentos permiten a las criaturas descubrir, experimentar, construir, recrear, representar, comunicar y convivir. Acciones que les ayudarán a crear seguridad en sí mismos y poder anticiparse a las situaciones que vendrán, marcadas por la rutina diaria.
El adulto ofrece un espacio acogedor, sin prisas ni ruidos que ayude a dar confianza al niño y a la niña y que puedan ir interiorizando los aprendizajes que se van generando. Además, el adulto tiene siempre en cuenta en qué momento evolutivo se encuentra cada criatura, cuál es su situación personal, intentando dar una atención individualizada para comprenderlo y ayudarle, en todo momento, pero sin olvidar la constancia para hacer posible un desarrollo rico y amoroso.