Las personas necesitamos sentirnos acogidas y cómodas en el espacio, para poder mostrarnos tal y como somos y nos desarrollarnos en nuestra totalidad. Es por eso que el espacio tiene que estar pensado y diseñado de forma que satisfaga las necesidades, los intereses y que, a la vez, sea un espacio acogedor y accesible.
A EBM Enxaneta disfrutamos de diferentes espacios exteriores:
- Un patio en la entrada. (planta 0)
- Una terraza en el último piso. (planta 2)
- Una pasarela que comunica con todas las clases del grupo de grandes.(planta 1)
- El jardín (planta 0)
El patio de la entrada es el lugar por el cual accedemos en el edificio de la escuela. Los grupos de caminantes y grandes lo utilizan, durante muchos momentos de la mañana, de manera más puntual y esporádica. Allí ofrecemos propuestas diversas como pintar con tizas en el suelo, juego de cajas de fruta, uso de material inespecífico, juegos de agua en verano, …
La terraza está situada a la planta 2 de la escuela y cuenta con una zona de aguas y lavabo. Este espacio exterior lo utilizan los grupos de grandes de manera ordenada, máximo dos grupos a la vez. Ofrecemos diferentes propuestas, y cuenta con un módulo escalera puente con rampa, un pequeño rocódromo, mini canastas de baloncesto y otras propuestas que vayamos añadiendo o creando según las necesidades de los niños (teles, animales, material inespecífico, ...). En verano también hacemos juegos de agua.
Todas las estancias de grandes comunican con una pasarela que tiene lugar al aire libre. Utilizamos este espacio para ir de un lugar a otro de la escuela, pero también hacemos uso de este espacio en pequeños momentos que los niños tienen necesidad de movimiento.
En nuestra escuela el espacio exterior es igual de importante que el interior, de forma que se tienen en cuenta las necesidades de los niños y la aproximación necesaria a la natura, necesidades que son de carácter experimental y de manipulación, esenciales por su desarrollo completo. Por eso podemos decir que el espacio más valioso de nuestra escuela es el jardín. Por este motivo, hemos tenido la necesidad de dejar de llamarlo patio y decir jardín. La misma palabra denota aire, respiración, amplitud, natura, verde, tranquilidad, relajación, exploración, descubrimiento, entre otras muchas. Todo esto es el que promueve adentrarse en un jardín y mucho más si está pensado y diseñado por los niños.
Así pues, nuestro jardín tiene por objetivo mejorar la calidad y la eficacia del exterior de la escuela, proporcionando espacios donde los niños, de manera autónoma, pueden desarrollar procesos de enseñanza y aprendizaje disfrutando de múltiples experiencias. Hablamos de un espacio vive, que es para vivir y crecer en él, con el contacto directo con la natura, y por tanto, con la constante transformación por los diferentes agentes meteorológicos. Es un jardín donde descubrir y experimentar mediante los elementos propios de la natura y las estructuras diseñadas y adecuadas al nivel madurativo de los niños.
El jardín lo vamos trabajando año tras año en función de las necesidades que tienen los niños. Hay un montón de propuestas que invitan a jugar, a poder escoger a qué jugar:
- Espacio de juego simbólico, con una cocinita de madera, mesas y sillas con troncos para que puedan crear mil y una historias.
- Troncos y palos de bambú que invitan a moverse y a perfilar la conciencia corporal y los límites del propio cuerpo.
- Dos grandes toboganes, con rampas, escaleras y un zona para trepar.
- Un arenero.
- Un huerto ecológico, cuidado, regado y mimado por los alumnos de la escuela, junto con el proyecto del huerto escolar. Los niños aprenden a plantar, a tener cura de la natura, a observar el entorno, a dar importancia a todo aquello que los rodea.
- Espacio sonoro donde hay colgados diferentes materiales que invitan a hacer y descubrir sonidos (sartenes, palos de madera, ...)
- Zona aromática con plantas naturales que pueden ver, observar y oler.
- Columpios y hamacas, beneficiándose así del balanceo y del movimiento.
Los niños son creadores de juego, ellos son los que crean y recrean el jardín. Es un espacio para conocerse mejor entre ellos, un espacio idóneo para que el adulto los pueda observar sin interferir. Es un espacio exterior ancho y agradable en los ojos, donde los niños tienen la oportunidad de moverse con libertad, jugar espontáneamente y de manera autónoma, dando la oportunidad de desarrollar así sus capacidades motrices, emocionales intelectuales y sociales.