Los controles de velocidad se establecerán preferentemente en las vías de la ciudad donde se han producido siniestros por esta causa y en las zonas donde se han detectado problemas específicos relacionados con el exceso de velocidad, tanto en las rondas como en las vías urbanas.
Habrá unidades movilizadas en zonas 30, zonas de prioridad invertida y vías de plataforma única, se utilizarán diferentes equipos de radares y la actuación operativa se completará con mensajes de concienciación en los paneles informativos de la red vial.
El objetivo del dispositivo es reducir los siniestros y los resultados lesivos de las personas afectadas, ya que la velocidad es uno de los factores concurrentes más habitual en los siniestros de tráfico. Según el último balance de siniestralidad, en el 2023 este factor fue la tercera causa indirecta que causó más siniestros de tráfico, aunque se redujo respecto al 2022.
La mejora de la seguridad vial se enmarca en los ejes estratégicos del Plan de movilidad urbana vigente. Las víctimas de los siniestros de tráfico son evitables, debemos tomar conciencia de ello para que todos los efectivos se impliquen cada vez más en conseguir llegar a los objetivos de reducir un 50 % el número de lesionados grave y muertes, tal como indica la Estrategia de seguridad vial 2030, con el horizonte de cero víctimas mortales en el año 2050.