El aumento principal se registró en el número de heridos graves, con un 30,8 % más, en parte como consecuencia de un cambio operativo en el procedimiento de siniestros de tráfico del cuerpo de policía barcelonés que mejora el seguimiento de los heridos. Un 92 % fueron conductores y pasajeros de vehículos de dos ruedas de motor, ciclistas, vehículos de movilidad personal (VMP) y peatones.
Con respecto a las víctimas mortales, el colectivo con el índice más alto de mortalidad fueron los peatones (9) y los conductores de las motocicletas (8).
Los vehículos implicados mayoritariamente en los siniestros, con un 47,2 % del total, fueron los turismos, las furgonetas y los taxis. La implicación de los VMP en los siniestros viales ha disminuido un 10,8 %.
La alcoholemia, la principal causa indirecta
El tipo principal de siniestro fue la embestida, es decir, el choque derivado de un frenazo del vehículo posterior, seguido de las colisiones laterales. De hecho, las dos causas directas o principales relacionadas con los conductores fueron la falta de atención en la conducción y no respetar la distancia de seguridad, muy relacionadas con la embestida.
La causa indirecta principal, que interviene en los siniestros pero no es su causa principal, es la alcoholemia, aunque se reduce en un 12 % respecto al año 2022. Este fue el tema principal del último Foro Barcelona de Seguridad Vial, que llevaba por título “La conducción temeraria: la influencia del alcohol y las drogas”.
La localización principal de los siniestros es la calle de Aragó, con cuatro de las ocho zonas con más concentración de siniestros. La principal es a la confluencia con la calle de la Independència. De estas ocho zonas, seis se encuentran en el distrito de L’Eixample. En enero del año pasado se inició la fase sancionadora de 17 radares, dos de ellos situados en la calle de Aragó, y en noviembre se incorporaron 28 radares pedagógicos más, uno de los cuales también en esta calle.