En el año 2019 se suspendió en la ciudad la apertura de nuevos establecimientos de juegos de azar, salones de juegos, bingos y casinos con el fin de trabajar la normativa que ahora se ha definido, que fija las condiciones que debe cumplir cualquier persona interesada en abrir un nuevo local de este tipo.
Para poder abrir, los locales de juego y apuestas o similares tendrán que mantenerse lejos de los equipamientos de usos protegidos. Así, la normativa establece que deberán tener una distancia mínima de 800 metros con respecto a cualquier centro educativo y de 450 metros con respecto a otros equipamientos como bibliotecas, centros de servicios sociales, centros cívicos, casales de jóvenes y de barrio, centros del Servicio de Ocupación de Cataluña (SOC) o centros de salud.
Proteger a la ciudadanía ante un problema creciente
Estos criterios responden a la necesidad de proteger a los colectivos más vulnerables con respecto al desarrollo de un posible juego problemático o patológico. Entre estos colectivos se encuentran las personas menores de edad y jóvenes de hasta 21 años, las personas con problemas de salud mental o adicciones y las que tienen más riesgo de pobreza o de exclusión social.
Y es que en el Estado el problema del juego patológico va en aumento. Los datos de la encuesta EDADES (Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas en España), a cargo del Ministerio de Sanidad, muestran que en el último año el 6,7 % de la población de entre 15 y 64 años jugó dinero en línea y un 63,6 % lo hizo de manera presencial. En todo el Estado se considera que 670.000 personas han llegado a desarrollar un posible juego problemático o un trastorno del juego.
Si prestamos atención a la franja de personas jóvenes, de entre 14 y 18 años, la encuesta EDADES indica que el 14,6 % de la población ha jugado en línea y que un 37,2 % lo ha hecho de manera presencial en el último año.
Un plan contra el juego patológico
En octubre del 2019 se puso en marcha el Plan de prevención del juego patológico, que incorpora medidas que ponen el foco en la prevención de la salud, como la limitación de la publicidad en espacios propios municipales, proyectos de prevención en las escuelas y proyectos específicos sobre la adicción a las pantallas del Centro de Atención y Seguimiento a las Drogodependencia (CAS) de Horta.
En la actualidad, en Barcelona hay 51 establecimientos de este tipo: 35 salones de juego, 15 bingos y 1 casino. En el último año se ha reducido en dos el número de bingos.