Siguiendo el plan, se implementarán en la red de transporte público medidas como las siguientes:
- Aumentar la presencia de agentes de seguridad o personal tanto en los vagones como en los autobuses.
- Desarrollar un sistema de videovigilancia específico en el interior de los autobuses y de los metros.
- Mejorar la iluminación de vestíbulos, andenes y pasillos.
- Crear un sistema de paradas a demanda en las rutas de autobuses de áreas periféricas.
- Asegurar la visibilidad en las marquesinas de las paradas de autobús.
- Valorar la posibilidad de incorporar un hilo musical en toda la red de metro, para generar un ambiente más amable y acogedor.
También se hacen una serie de recomendaciones, como realizar auditorías de género lideradas por mujeres, facilitar, simplificar y agilizar la activación de protocolos, crear un canal específico en el servicio de quejas, formar al personal en contacto más directo con los usuarios en materia de prevención, detección y protección contra el acoso sexual o incrementar las campañas de sensibilización y concienciación, enfatizando los mensajes hacia las víctimas y animándolas a denunciar.
El acoso sexual en el espacio público
Los estudios señalan que, según las mujeres que han sido víctimas de violencia machista, la esfera pública es el escenario más habitual donde se produce el acoso sexual y, entre los espacios públicos, el transporte figura en el primer lugar. Hay que tener en cuenta, además, que las mujeres son las usuarias principales del transporte público (60 %) y que dos de cada tres han cambiado sus hábitos de movilidad en relación con la percepción de seguridad.
Este documento, que se enmarca en el Plan de civismo y gestión de la convivencia de TMB y el Código ético corporativo, es la versión ampliada y mejorada de una primera propuesta elaborada en noviembre, y se ha desarrollado y completado con la colaboración del tejido asociativo y de los entes locales que trabajan en el ámbito de las mujeres en la región de Barcelona.