La remodelación cuenta con un presupuesto de 13,6 millones de euros, y el inicio de obras se prevé para el próximo junio, con una duración de unos 17 meses.
La propuesta se ha compartido y debatido con el vecindario, comerciantes y entidades del ámbito a lo largo de un proceso de trabajo para definir el futuro de la calle Pi i Margall a su paso por los distritos de Gràcia y Horta-Guinardó que se inició en 2017. En total se realizaron 14 acciones participativas en las que participaron unas 485 personas.
Más espacio peatonal
Pi i Margall se convertirá en una avenida con el tráfico rodado pacificado que apuesta por la movilidad sostenible, la bicicleta y el vecindario. La calzada tendrá menos espacio, priorizándose la circulación de vehículos locales y autobuses. De subida habrá un carril para buses y tráfico local y un nuevo carril bici segregado, y de bajada, un carril compartido para buses, tráfico local y bicicletas.
Actualmente, 20 de los 30 metros del ancho de la calle son de calzada, con dos carriles de circulación, dos de bus-taxi y dos de aparcamientos y servicios. Con la actuación, se conseguirá que el 60% de todo el espacio sea peatonal y verde.
El diseño de la calle no será paralelo a la fachada para potenciar el verde y que en cualquier punto de la calle se tenga la sensación y la perspectiva de estar en un parque. Así, se combinarán zonas de verde con otras de estancia, y las aceras serán como mínimo de 5 m pero se ampliarán en determinados puntos hasta los 12 m y crearán lugares con vegetación donde poder estar. Además, el pavimento utilizado será el granito, que le dará un carácter unitario y convivencia.
Más verde
A lo largo de toda la calle –que mide unos 690 metros de longitud y 25.000 m2 de superficie–, el verde y la sombra crecerán significativamente y habrá una mejor relación con el suelo y la naturaleza. Para ello, se plantarán otros 142 árboles para llegar a 210, que serán de más de veinte especies diferentes y se colocarán según las zonas de sol y sombra. Y la superficie de parterres y zonas arbustivas casi se multiplicará por diez: pasará de los 370 m2 actuales a 3.270.
De esta forma, en toda la calle habrá un 80% de sombra, un elemento indispensable para hacer frente a las olas de calor. El eje será ambientalmente eficiente, ya que contará con un tipo de suelo y un sistema de drenaje sostenible que reaprovecharán el agua de la lluvia y proporcionarán a los árboles las mejores condiciones de riego y aire.