Se trata de un equipamiento pionero porque combina la vivienda para personas mayores y otro espacio de alojamientos destinados a acoger a personas mayores con un alto grado de dependencia y que busca cubrir las necesidades de atención continuada y vivienda adaptada como pilotaje y alternativa a las residencias actuales, pensando en las nuevas generaciones de personas mayores.
En el diseño del complejo intervinieron las entidades vecinales, mediante un proceso participativo, para decidir qué tipo de espacios se necesitaban, ya que el barrio de la Salut tiene una gran carencia de equipamientos comunitarios.
La solución arquitectónica, con una inversión prevista de 13,1 millones de euros, distribuye en la planta baja los diferentes espacios de relación vecinal y los dos núcleos de acceso a las viviendas. El diseño también tiene en cuenta la eficiencia energética, ya que las viviendas y los alojamientos se han dispuesto para que la fachada exterior dé a la calle y al interior de manzana para garantizar una ventilación cruzada.