El Consejo Educativo Municipal de Barcelona ha presentado, en formato de infografías, el balance de la Mesa de Ciudad, Escuelas y COVID como clausura de las actividades, con una serie de reflexiones, consecuciones y retos de la educación en Barcelona, en este contexto tan extraordinario, que han enriquecido la calidad de la educación en muchos aspectos y que centros, alumnado y familias quieren preservar cuando pase la pandemia.
La infografía animada “¿Qué hemos aprendido de la escuela en tiempo de pandemia y queremos poder incorporar para seguir mejorando la educación en la ciudad?” recopila diez aprendizajes, entre los que destacan los siguientes:
- La necesidad de reivindicar la educación como un derecho y servicio esencial, que requiere la presencialidad y el protagonismo de los niños y jóvenes.
- La implicación colectiva del conjunto de la comunidad educativa de la ciudad, formada por docentes y equipos directivos, alumnado, familias y administraciones, corresponsables ante una situación que ha sido excepcional, incierta y compleja de gestionar.
- La escuela es una institución fundamental para garantizar la equidad de todos los niños y jóvenes y hay que universalizar la educación digital.
- La ciudad es en sí misma un espacio educativo que durante la pandemia se ha implicado para facilitar el acceso a las escuelas y ceder espacios y equipamientos públicos para poder garantizar el desarrollo del curso escolar.
- Niños, jóvenes, maestros y profesorado se han adaptado y han innovado con nuevas prácticas pedagógicas para hacer posible que el curso escolar se haya desarrollado con éxito.
Apuesta municipal por la educación
La escuela es un motor de transformación de la ciudad y un equipamiento clave en los barrios. El compromiso por la educación, en términos presupuestarios, se traduce en una inversión anual de unos doscientos millones de euros, un importe que representa que el 7 % del presupuesto municipal se dedica a la educación y se traduce en acciones para mejorar y hacer crecer la escuela pública.
La apuesta municipal por la educación pública empieza a dar frutos, ya que se empieza a cambiar la tendencia: la matrícula de alumnos en P3 en escuelas públicas de la ciudad ya es ligeramente superior a la matrícula en escuelas concertadas, de manera que se empieza a reducir la anomalía del déficit de escuela pública en la ciudad de Barcelona, donde tan solo 4 de cada 10 alumnos de 3 a 16 años van a la pública, cuando en el conjunto de Cataluña la media es de 7 de cada 10.
Para avanzar en la línea de la construcción de una ciudad más educadora, feminista y justa que combata las desigualdades desde los primeros años de vida se han implantado una serie de medidas: la tarifación social en las escoles bressol municipales, el plan contra la segregación escolar, la implantación de nuevos perfiles profesionales en los centros (educadores sociales y emocionales) o el refuerzo de las becas comedor.
Entre otras intervenciones prioritarias se encuentran el plan de transformación de patios o el proyecto “Protegemos las escuelas”, que a finales de año habrá mejorado los entornos de 101 centros, reduciendo carriles de circulación en 14 calles y cambiando la prioridad en favor de los peatones en 17 más, además de la ampliación de carriles bici.