Surgió a partir del notable aumento de demandas reiteradas de atención individual en el distrito fruto de diferentes problemas derivados del paro, en gran parte de un perfil muy concreto: hombres con cargas familiares, desempleados y de mediana edad.
Esta situación puede provocar sentimientos de soledad, impotencia y frustración, incluida la sensación de inutilidad para muchas personas que, junto a las dificultades de inserción laboral, han dado lugar a que muchas familias tengan que afrontar un futuro incierto. La finalidad del grupo es compartir las experiencias con el resto de hombres, que están pasando por situaciones similares, empoderarse y aprovechar la crisis como una oportunidad de cambio. Todo ello evitando problemas y dificultades colaterales como toxicomanías, violencias intrafamiliares, depresiones o falta de pagos, entre otros.
El grupo ha sido conducido por dos trabajadoras sociales y una psicóloga de los Centros de Servicios Sociales del distrito de Horta Guinardó. Durante entre 12 y 15 sesiones abordan aspectos como la paternidad, las relaciones de pareja, el autoconcepto, la inserción laboral o la empleabilidad del tiempo, principalmente.