MICE (las siglas en inglés de encuentros, incentivos, conferencias y exhibiciones) nace con un carácter extraordinario como herramienta de reactivación económica pospandemia para emprender nuevas iniciativas de apoyo para uno de los sectores con un impacto económico más significativo y de más retorno en la ciudad. Este tipo de turismo, además, está asociado a un perfil de visitante más desestacionalizado, es decir, que no se concentra en unos meses al año, y contribuye a la descentralización de la actividad turística.
El objetivo del programa es apoyar congresos y acontecimientos alineados con ámbitos y sectores económicos estratégicos de la ciudad, como el digital, las industrias creativas, la economía de proximidad, la industria 4.0, las ciencias de la vida, la economía verde y circular, el comercio, la logística, la economía del visitante, el talento, la actividad digital y los que se puedan considerar de especial interés para la ciudad.
Un comité técnico valorará las diferentes propuestas; lo integrarán el Barcelona Convention Bureau, el Consorcio Turismo de Barcelona, las direcciones de Turismo y de Promoción de Ciudad, Fira de Barcelona, Barcelona de Servicios Municipales y el Gremio de Hoteles de Barcelona.
Buen posicionamiento y un impacto significativo
La ciudad ocupa la cuarta posición mundial como organizadora de congresos y la primera como ciudad no capital de estado, y acumula veinte años seguidos entre las cinco primeras del ranking de organización de congresos, según la clasificación de la Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (ICCA).
El turismo de congresos y convenciones genera, con datos del 2019, en torno a 1.900 millones de euros anuales en Barcelona, según los datos del Barcelona Convention Bureau, con un gasto un 52 % superior al de los visitantes que vienen a la ciudad por vacaciones u ocio, según el Observatorio del Turismo en Barcelona.