Uno de los aspectos destacados de la remodelación es que se elimina el asfalto y se reduce el espacio destinado a los vehículos. Así, el 70 % de todo el espacio será para los peatones y el verde, las aceras serán más anchas —llegarán a los 12 metros en algunos puntos— y se crearán zonas de estancia.
Con respecto a la movilidad, se priorizará la circulación de vehículos locales y autobuses, y la velocidad estará limitada a 30 km/h. De subida habrá un carril para buses y tráfico local y un nuevo carril bici segregado, y de bajada, un carril compartido para buses, tráfico local y bicicletas. Se incluye también un cordón de servicios en las dos aceras, integrado entre parterres, para las zonas de carga y descarga, contenedores, aparcamientos de bici y el resto de servicios. Las paradas de bus se reubicarán y se mantendrán todas las existentes.
Una mejor relación con la naturaleza
En el nuevo eje verde de Pi i Margall habrá 142 árboles más que ahora, de más de veinte especies diferentes. La superficie de parterres y zonas arbustivas también se incrementará: pasará de los 370 metros cuadrados actuales a 3.270. De esta manera, en toda la calle habrá un 80 % de sombra, un elemento indispensable para hacer frente a las olas de calor. Asimismo, tendrá un tipo de suelo y un sistema de drenaje sostenible que reaprovechará el agua de la lluvia y proporcionará a los árboles mejores condiciones de riego y aire.
Esta naturalización del espacio favorecerá la disminución de la contaminación atmosférica, las emisiones de CO2 de efecto invernadero y el ruido ambiental y ayudará a reequilibrar el ciclo del agua, ahorrar energía y conservar la biodiversidad de la fauna urbana.
La vida de barrio y el comercio de proximidad también serán centrales en el eje de Pi i Margall. Se crearán cuatro nuevas plazas en el cruce con las calles de Sant Lluís y Ca l’Alegre de Dalt, en el de las calles de la Encarnació y Pau Alsina, las calles de Sardenya y la Providència y en la plaza de Joanic. En estas plazas y a lo largo de toda la calle, se colocarán 42 bancos y 121 sillas y se aumentarán los pasos de peatones, que pasarán de 8 a 14.
La reforma de Pi i Margall se enmarca dentro del nuevo modelo de calle del siglo XXI que el plan Supermanzana Barcelona extenderá por toda la ciudad y del plan Naturaleza 2030. Las obras del proyecto, que cuenta con un presupuesto de 13,6 millones de euros y es fruto de un proceso participativo con el vecindario, los comerciantes y las entidades, se prevé que empiecen el próximo junio y que duren 17 meses.