A pesar de la vocación mediterránea evidenciada en la elección de algunas de las ciudades invitadas durante todos estos años —como Beirut, Estambul o Lisboa—, Roma es la primera ciudad italiana que participa en las Fiestas de la Mercè. Barcelona y Roma comparten líneas de trabajo como, por ejemplo, la colaboración en la elaboración de la Carta de Roma de los derechos humanos. Además, en Barcelona hay una fuerte comunidad italiana e instituciones como la Escuela Italiana o el Instituto Italiano de Cultura de Barcelona.
La potencia artística de la capital italiana, escenario de infinidad de proyectos teatrales, musicales y cinematográficos de gran calidad, quedará representada en las fiestas, y formará parte de las programaciones de Mercè Artes de Calle y Mercè Música.
Después de dos años de pandemia, también es una manera de recuperar la normalidad en la celebración de estas fiestas con la invitación a una ciudad, una fórmula que contribuye a tejer vínculos singulares y de cooperación y que, a la vez, aporta a la programación más riqueza cultural. En el 2021 ya pudo participar La Habana, pero en el 2020 las condiciones sanitarias no permitieron tener una ciudad invitada. Justo en el año anterior al estallido de la pandemia Beirut había sido la seleccionada.
En el 2007, primer año en que se invitó a una ciudad a las Fiestas de La Mercè, la escogida fue Medellín. Después, en orden cronológico, la siguieron Quito (2008), Estambul (2009), Dakar (2010), San Petersburgo (2011), Montreal (2012), Viena (2013), Estocolmo (2014), Buenos Aires (2015), París (2016), Reikiavik (2017), Lisboa (2018), Beirut (2019), Barcelona (2020) y La Habana (2021).