En Barcelona viven aproximadamente unas 350.000 personas de más de 65 años, 90.000 de las cuales viven solas. Diferentes estudios realizados hasta ahora constatan que el 90 % de estas personas mayores quieren vivir en su casa cuanto más tiempo mejor, antes que ir a una residencia o ir a vivir con familiares.
El robot complementa los servicios personales que la persona pueda estar recibiendo e incorpora elementos de inteligencia artificial configurables según las necesidades específicas de cada persona. Y puede ayudar, entre otras cosas, a detectar con rapidez situaciones de urgencia sobrevenida, como pueden ser caídas o accidentes domésticos, a mantener la pauta de la medicación o recordar visitas médicas.
El ARI II tiene una autonomía de 8 horas y puede desplazarse por toda la casa, efectuar un seguimiento de la persona, detectar y esquivar obstáculos, realizar un reconocimiento de la cara y la voz. Y además, tiene más capacidad de interacción con la persona usuaria y puede integrarse con otras aplicaciones.
Con esta nueva versión, la prueba piloto se ampliará en unos cien hogares durante los próximos tres años para consolidar los resultados y explorar la posibilidad de incorporarlo a la cartera de servicios sociales.