Con las obras se instalará una valla de 2 metros de altura que consiste en barras macizas de acero, de 3 centímetros de diámetro, clavadas en el terreno de la montaña sin afectar ni a las raíces de los árboles ni a los restos arqueológicos. También se ha optado por añadir un cierre en torno a los restos de barracas de la vertiente sur, que son los que, debido a la fragilidad de los materiales, están siendo más estropeados.
El cierre permitirá mantener los accesos desde los diferentes frentes del Turó de la Rovira y crear un recorrido externo a la nueva valla que enlaza con estos accesos, consolidando así un anillo de conexión desde fuera de la valla. Este itinerario exterior estará siempre abierto, de forma independiente a los horarios de cierre del interior del ámbito. Se pretende que la accesibilidad a la batería antiaérea sea la misma que la actual, excepto en los momentos en los que se cierran las puertas del recinto museográfico. En total se definen 6 puertas de acceso al interior de la batería antiaérea situadas en los siguientes puntos:
- Calle Marià Labèrnia
- Calle Labèrnia, escaleras hacia la residencia de oficiales
- Vertiente sur, acceso al mirador
- Vertiente sur, acceso hacia el depósito de agua
- Camino Oeste, acceso hacia la vertiente norte
- Vertiente Norte, acceso hacia el centro de información del MUHBA
El proyecto también incluye la replantación de la vegetación arbustiva y de arbolado que pueda quedar afectado por las obras. La replantación se hará con especies propias de sitio y que requieran poco mantenimiento.
En paralelo al cierre, este mes de noviembre también se han iniciado los trabajos del proyecto de arreglo del camino que se ha realizado con el objetivo de dar continuidad al recorrido del perímetro exterior de la batería antiaérea, realizando una intervención de arreglo y conexión de los caminos existentes, en el lado noroeste de la colina. Las obras implican la construcción de un nuevo camino que conectará dos caminos existentes el camino oeste y el camino de la vertiente norte. El primer tramo del camino consiste en un camino adaptado a la topografía del sitio con una pendiente media del 10%. El segundo tramo incluirá escaleras, ya que es necesario salvar un fuerte desnivel. El nuevo itinerario dispondrá de alumbrado con balizas.
En marzo de 2011 se inauguró el espacio patrimonial del Turó de la Rovira, que significó el arreglo y la actuación patrimonial en un lugar de la ciudad, hasta entonces bastante degradado, aislado y desconocido, donde se conservaban los restos de una batería antiaérea que defendió Barcelona de los ataques de la aviación durante la Guerra Civil, así como las trazas del núcleo chabolista del barrio dels Canons, que perduró hasta el año 1990. Actualmente el Turó de la Rovira constituye un mirador de Barcelona que ha sido un verdadero eco de la trayectoria de la llanura de la ciudad.