La gestión a cargo de TMB, como ocurre con el resto de líneas urbanas de Barcelona y el servicio de metro, garantiza los mismos parámetros de accesibilidad universal, de información al cliente y de respuesta en caso de incidencias que el resto de los servicios de bus gestionados por TMB, que recibieron en 2020 una puntuación de 8,17 por parte de las personas usuarias.

La reorganización ha sido posible gracias a un proceso de participación con vecinos y vecinas de los barrios implicados que ha permitido ajustar el nuevo mapa de líneas de proximidad a sus necesidades.