Ken Pollet / Elena Ramírez (Málaga, 1992) 

Ken Pollet es el cuerpo que pongo en el escenario para encarnar una pregunta. Pongo un cuerpo que es esa pregunta, y que es el mío. Esa pregunta nunca contestada del todo: ¿hombre o mujer? Ambas cosas y ninguna. Ken Pollet lleva esta pregunta, tan cotidiana para Elena, a la exageración en el escenario. Con ello volteo la pregunta hacia el público cambiando su dirección. ¿Hombre o mujer?¿Y tú? ¿Por qué necesitas saberlo?¿Qué significa ‘hombre’ y ‘mujer’ para ti? 

Es en esta confusión, en este gender fucking, donde nace mi show: desde el empoderamiento del amor, desde la necesidad de expresar e investigar mi identidad. Pero también desde la necesidad de reírme del machismo y de la represión de identidades de género disidentes.

Mi identidad parecía ilegal cuando era una niña -¡marimacho!, ¡bollera!-, y salí a buscar un mundo donde pudiera ser con pleno derecho, sin tener que justificar mi existencia cada día de mi vida. Nunca había visto ese mundo, pero sabía que existía ahí afuera, así que fui a buscarlo, a buscarme.

El drag king ha sido para mí un punto de inflexión en este proceso. Me permite expresarme, reapropiarme de mi cuerpo, y afirmar y cuestionar quién soy. Y, puesto que quién soy es un problema para mucha gente, este acto de expresión se torna político de forma irremediable. Aunque, habiendo sido asignada ‘mujer’ al nacer, ya tenía experiencia en eso de que mi cuerpo sea, me guste o no, un territorio político.

Travestirme me permite luchar en este territorio al que estoy arrojada. Y me permite luchar celebrándome, con amor: el hecho de poder disfrutar y celebrar quién soy, gritándolo con ganas, es una verdadera revolución. Esta revolución ocurre a través del escenario, y me abre a ser yo misme en la vida cotidiana.