Ricc Domínguez (Cali, Colombia. 1993)
La manera en la que mi manera de ser y expresarme cambió mi vida fue cuando sentí que no era como las demás personas con las que convivía. Eso me ayudó a explorar y sobre todo a no compararme.
Al final del día, siempre seré un colombiano migrante con la maleta llena de sueños y el pasaporte lleno de peros.
Muchas veces desearía que, para les latines, fuese más fácil migrar, pero es un proceso difícil y arduo. Aunque sin esto no sabré lo bueno que será gozar la gloria.
Estoy 100% orgulloso de ser de Colombia y haber sido criado en el país más feliz del mundo, rodeado de las personas más alegres y humildes. Me afecto, me moldeo y me ayudo a crecer como ser humano político.
Siento que el trabajo influye en mi entorno en el momento en el que me doy cuenta de que somos uno, y que no hay una lucha que nos sectorice, nos divida y nos haga luchar por el bienestar propio. Nuestro final común está ligado a nuestra capacidad de aceptar y solucionar los problemas que le afectan.
Es la única salida.
Es lo que nos conecta y conectará con el futuro.
El arte es inmutable y es la única vía de escape que nos queda en la cual no haya un control directo.