Un protocolo garantizará el trato igualitario a las entidades religiosas para llevar a cabo actividades en el espacio público y en los equipamientos municipales
A finales del 2016, el Ayuntamiento de Barcelona presentó la medida de gobierno sobre la garantía del trato igualitario a las entidades religiosas en cuanto a la realización de actividades puntuales en el ámbito público, que tiene como objetivo regular y establecer, con criterios técnicos, las demandas de celebración de actividades puntuales por parte de entidades religiosas en equipamientos municipales y en la vía pública. La medida tiene la voluntad de garantizar el ejercicio pleno del derecho fundamental a la libertad religiosa y de conciencia, que incluye la posibilidad de realizar actividades en la vía pública, así como avanzar en la normalización de la presencia de la diversidad religiosa en la ciudad.
En los últimos años ha crecido la demanda de peticiones para poder celebrar determinadas festividades fuera de los centros de culto habituales, y la falta de criterios únicos ha comportado que, en ocasiones, se hayan producido tratos desiguales entre entidades, ya fuera por la denegación de la celebración o en la aplicación de tasas. Ahora, con este instrumento, se quiere proporcionar una serie de herramientas tanto a los trabajadores municipales que gestionan las peticiones como a las entidades que piden organizar actividades en el espacio público.
Hay que tener en cuenta que la diversidad cultural y religiosa es una evidencia en Barcelona: en el 2016 en la ciudad se contabilizaron 542 centros de culto pertenecientes a 22 tradiciones religiosas diferentes.
Con esta medida, impulsada por la Cuarta Tenencia de Derechos de la Ciudadanía, Participación y Transparencia, el Ayuntamiento de Barcelona se compromete a garantizar el derecho de todas las personas a vivir según sus creencias, y a ofrecer las condiciones idóneas para que se pueda ejercer este derecho, reconociendo la diversidad religiosa y las diversas opciones de conciencia, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales que recogen los tratados y las normativas locales e internacionales.
Con esta medida, el Ayuntamiento de Barcelona profundiza en la laicidad como marco de gobernanza de la diversidad religiosa en la ciudad. Eso implica reconocer el pluralismo religioso y de opciones de conciencia de la sociedad y preservar la separación entre los fines propios del Estado y los de las tradiciones religiosas, así como la neutralidad de los poderes públicos. “Se entiende laicidad no como la ausencia del hecho religioso en el espacio público, sino como el marco de relaciones según el cual, desde la democracia y la garantía de los derechos fundamentales, todas las expresiones de conciencia (religiosas o no) pueden convivir en plena igualdad y respeto”, afirmó la comisionada de Inmigración, Interculturalidad y Diversidad, Lola López, el día de la presentación de la medida. En este marco, los poderes públicos se sitúan en una posición de neutralidad activa que les permite facilitar y regular la convivencia y garantizar un trato equitativo para la diversidad de sensibilidades.