“Quedan agregados en su totalidad al termino municipal de Barcelona los de Gracia, San Martín de Provensals, Sans, San Andrés de Palomar, San Gervasio de Cassolas y Las Corts”. Es el primer artículo del real decreto firmado hace 127 años por la reina regente que hoy da nombre a la avenida que sale de la plaza de Espanya hacia Montjuïc. La decisión real ponía fin a décadas de disputas entre estos consistorios del plano de Barcelona, en manos de familias burguesas locales que no querían perder el control de su ayuntamiento ni pagar los impuestos más caros que había en Barcelona. Eso es justamente lo que quería el Estado, fuertemente endeudado con la Guerra de Cuba. El artículo cuarto del decreto contempla, sin embargo, una armonización fiscal progresiva de todos los territorios anexionados: “en los diez años siguientes se aumentará la tributación, por décimas partes, hasta unificarla con relación a la población total”.
Sans era una villa libre desde la Edad Media, gracias a las franquezas concedidas por el rey, pero también estaba sometida a un cierto control y jurisdicción por parte del Consejo de Ciento. El Decreto de Nueva Planta de 1716 restituyó la total autonomía de la villa con el fin de quedarle poder en Barcelona. Desde entonces, Sans tenía no solo alcalde, sino también varios concejales, escogidos entre los notables del pueblo, como los Cros, los Santomà, los Laporta y otras familias de terratenientes.
Curiosamente, en 1897 no era la primera vez que Sants se integraba en Barcelona. El 5 de mayo de 1883, el pueblo de Sans decidió, con 2.100 firmas a favor y 1.400 en contra, formar parte de la gran ciudad. Influyeron, en aquel momento, los industriales y grandes caciques locales que tenían más poder en la plaza de Sant Jaume que en la de Víctor Balaguer, donde se encontraba el Ayuntamiento de Sans. Pero la presión popular hizo que el municipio se volviera a declarar independiente al año siguiente, el 12 de julio de 1884.
Con la anexión de 1897, Sants no pasó a ser un nuevo distrito de Barcelona, sino que, junto con Las Corts, se integró con Hostafrancs en el distrito VII. La Tenencia de Alcaldía hacía décadas que se había establecido en la calle Creu Coberta, donde hoy se encuentra la sede del Distrito de Sants-Montjuïc. Por lo tanto, a diferencia de otros municipios anexionados, la antigua sede del Ayuntamiento de Sans no se aprovechó. De hecho, se acabaría derribando en 1970 junto con toda la plaza de Víctor Balaguer, para hacer pasar por allí el Cinturón de Ronda (del Medio). Jaume Gustà, antiguo arquitecto municipal de Sans, había elaborado en 1892 un proyecto de nueva casa consistorial que nunca llegó a realizarse. El mismo arquitecto acabó diseñando la estructura para reconstruir la Tenencia de Alcaldía de Hostafrancs, aunque las obras no se llevarían a cabo hasta los años 1908-1915, bajo la dirección de Ubald Iranzo, a quien debemos la riqueza ornamental del edificio, de estilo ecléctico entre el modernismo y el novecentismo. Puedes saber más en el libro ‘La Seu del Districte de Sants-Montjuïc’, reeditado el año pasado, o bien dar una vuelta virtual por el Salón de Plenos y el vestíbulo anexo apreciando todos sus detalles con estas imágenes en 360º.