La inversión del Consorcio de Educación de Barcelona ha sido de más de 135.000 euros. Para empezar, se ha renovado todo el pavimento exterior, desde la entrada del patio hasta los accesos a los dos edificios de la escuela. Y las escaleras de acceso al edificio principal ahora también son nuevas. También se ha reconstruido el tramo del muro exterior que estaba dañado. Los trabajos de poda, limpieza y desbroce se han llevado a término en todo el recinto.
Dentro del patio se ha delimitado y adecuado la zona para los más pequeños con una valla, se ha construido un arenal y se han instalado varios juegos infantiles. Otra zona nueva es el jardín de estancia, con seis mesas de pícnic, donde se han plantado 15 árboles (moreras). También hay dos fuentes nuevas y un juego de agua. En cuanto a los espacios exteriores destinados a la práctica deportiva, se han renovado las porterías y las canastas, además de repintar las líneas deportivas, y se dotado la escuela de equipamiento para una pista de vóley.
Las familias, el vecindario y la dirección del centro habían denunciado hacía meses que las instalaciones exteriores de la escuela se encontraban en mal estado, por la antigüedad y por los actos de vandalismo que habían proliferado desde que se rompió el muro exterior, en un entorno un poco aislado en medio de la montaña. Estos problemas, ahora resueltos, podían afectar también a la imagen exterior de la escuela en plena campaña de preinscripción, lo que habría acabado redundando en menos matrículas de cara al próximo curso, a pesar del interesante proyecto pedagógico de la Escuela El Polvorí.