En los 535 metros cuadrados de la pared del antiguo Palau de la Metal·lúrgia se han plantado una decena de árboles de grandes dimensiones y más 19.000 plantas de 104 especies diferentes. El conjunto, de 12 metros de altura y 50 de ancho, constituye un nuevo pulmón verde, un organismo vivo y cambiante que se transformará a lo largo de los próximos años a medida que vayan pasando las estaciones y que servirá de refugio para pájaros y algunos animales polinizadores beneficiosos para el planeta.
En la elección de las plantas y árboles del bosque se han tenido en cuenta criterios de sostenibilidad y de mejora de la biodiversidad y se han escogido especies mediterráneas autóctonas adaptadas al régimen hídrico de la ciudad como el espliego, la salvia, el romero, el olivo, el algarrobo, el ciprés, el granado, el avellano, el tamarisco, el sauce y el chopo blanco y negro. Asimismo, el muro cuenta con un sistema de recogida de aguas pluviales y aprovechamiento del agua de riego que permite optimizar los recursos hídricos.
Más de un centenar de profesionales han trabajado en un proyecto que constituye un elemento integrador de la ciudad con la montaña de Montjuïc y, a la vez, del arte con la naturaleza gracias a una obra escultórica que permitirá ver un elemento normalmente no visible en la naturaleza: las raíces.