Actualmente la ciudad tiene 44 dispensadores, que cubren 36 colonias de palomas y están situados según criterios relacionados con la densidad y las molestias ocasionadas. Este mes de marzo se ha ubicado uno de los dispensadores en la plaza de la Gardunya, detrás del Mercado de la Boqueria.
La estrategia integral para poder llevar a cabo un control efectivo de la superpoblación de palomas comporta, además de reducir la fertilidad, lo siguiente:
- Reducir significativamente la cantidad de alimento que la ciudadanía les proporciona: se pone en marcha una campaña de concienciación ciudadana en el marco de la campaña Cuidamos Barcelona y se hace un llamamiento a no alimentarlas. La superpoblación de palomas puede llegar a ser un problema de salud pública, ya que algunas aves pueden sufrir enfermedades o ser portadoras de ellas. Paralelamente, se trabaja para disuadir a los grandes alimentadores (que pueden llegar a proporcionar más de 5 kilogramos de comida diaria) y los alimentadores regulares (que proporcionan entre 1 y 5 kilogramos). Se ha impulsado un programa de formación a los informadores municipales, agentes cívicos, educadores sociales y agentes de policía de barrio de los distritos para identificar a los alimentadores y la frecuencia y cantidad de alimento que proporcionan. El objetivo es interactuar con estas personas para que reduzcan o dejen esta actividad.
- Dificultar la nidificación: especialmente en locales y edificios abandonados o pendientes de rehabilitación donde se puede concentrar un gran número de nidos. La Dirección de Servicios de Derechos de los Animales (DSDA) emite informes de evaluación de incidencias y propuestas de actuación a petición de los diferentes servicios y distritos del Ayuntamiento, que incluyen actuaciones para instalar medidas que eviten la presencia de las palomas y que rebajen las molestias derivadas, por ejemplo, en espacios o equipamientos municipales.
Otro motivo para buscar la corresponsabilidad ciudadana es poder dar respuesta a la preocupación creciente de la ciudadanía por la presencia de palomas en la ciudad. El total de incidencias y quejas registradas en el IRIS vinculadas a las palomas ha sido de 1.504 durante el último año, 241 de las cuales relativas a alimentadores de palomas en la vía pública. Esto supone un incremento del 67 % respecto al año anterior, con un total de 897 quejas registradas en el 2020.