La nueva vida del Molino

13/06/2024 - 13:48

Barcelona Events Musicals, organizadora del Festival Cruïlla, obtiene la concesión para gestionar la sala del Paral·lel y colaborará con entidades de la ciudad.

 

Una sala que es todo un mito del Paral·lel, El Molino, se acaba de convertir en el nuevo hogar de las músicas de raíz, la canción de autor, el jazz, el flamenco y la rumba catalana, entre otros ritmos y músicas. La empresa que organiza el Festival Cruïlla se encargará de gestionar la sala con una oferta basada en estos sonidos, según se ha aprobado en comisión de Gobierno con fecha del 13 de junio.

Barcelona Events Musicals gestionará el espacio durante los próximos cuatro años, un periodo que se podría prorrogar, si hay acuerdo entre las partes, por cuatro años más. En el proyecto que han presentado, proyectan convertir El Molino en “un espacio de referencia para las músicas minoritarias de la Ciudad Condal” y a la vez “recuperar la antigua fuerza y reconocimiento del Molino para proyectarlo de nuevo como un gran equipamiento de la ciudad y también internacionalmente”. 

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, destaca la importancia de la reapertura de un equipamiento emblemática como El Molino, muy relevante desde una perspectiva histórica y cultural. “Estamos cumpliendo, y estamos cumpliendo también en el ámbito cultural”, afirma, “y la adjudicación del Molino permite avanzar en el compromiso de recuperar el mejor Paral·lel como eje estratégico de la música y las artes escénicas de la ciudad, que en el futuro también contará con una pieza fundamental como el Teatro Arnau. Estos dos equipamientos, sumados a los que ya están en funcionamiento, y a la reforma del Parque de las Tres Xemeneies del Poble-sec, completarán el proceso de transformación de la parte baja del Paral·lel.”

El Molino será un buen escaparate para ritmos como la rumba, pero también para la canción de autor, el flamenco o los sonidos de raíz, entre otros. En muchos casos será necesaria la colaboración e implicación en el proyecto de entidades barcelonesas que van desde el Dorado, Carabutsi y la Associació de Músics de Jazz, hasta BarnaSants, pasando por las escuelas de música de la ciudad, como el Taller de Músics, el Conservatori del Liceu, la ESMUC y Jam Session. Para la proyección del espacio fuera de la ciudad serán claves, igualmente, los contactos con equipamientos como L’Auditori o Paral·lel 62.

En El Molino habrá una programación cada vez más completa, que alcanzará toda la semana y que utiliará los espacios secundarios del teatro para organizar actividades, entre ellas algunas tan conectadas con la música como la danza o el teatro. Comedia, teatro, danza, jam sessions, micros abiertos, charlas sobre música, presentaciones de festivales o ensayos de artistas reflejarán entre las cuatro paredes de este teatro la riqueza y diversidad artística de la ciudad. En este sentido, la propuesta tiene una dimensión pedagógica que, de acuerdo con escuelas de la ciudad, incluiría talleres de formación, clases maestras o visitas escolares al espacio. Como parte central de la propuesta para el nuevo El Molino, una conexión estrecha con otros equipamientos de la zona, donde están ubicadas desde Paral·lel 62, hasta la Sala Apolo o el Centro Cultural Albareda. Eso permitirá dar un impulso a la oferta cultural del Paral·lel y apostar por convertirlo en uno de los ejes de la creatividad musical de la ciudad.

Una propuesta gastronómica acuerdo con la programación musical del momento (con la colaboración del equipo de la coctelería Florería Atlántico del Born) y la coctelería de autor marcarán la apuesta de restauración del local.

El Ayuntamiento de Barcelona adquirió el local de la mítica sala de la calle de Vila i Vilà en julio del año 2021 por 6,2 millones de euros, después de que el espacio, un templo de la revista barcelonesa, hubiera atravesado graves problemas económicos y hubiera salido a la venta. La compra del local pretendía preservar un espacio que forma parte de la historia de la ciudad y que durante muchos años fue un reducto de humor y libertad en el ambiente opresivo y gris de la Dictadura.

Desde que el Ayuntamiento adquirió la sala, se ha utilizado, por ejemplo, en la programación del Grec Festival de Barcelona, que lo convirtió en eje de una propuesta escénica con espectáculos transgresores, en línea con la historia de la sala, titulada Molinex. Ahora, la programación estable volverá al local con el anuncio de resolución del concurso público que se convocó para decidir la gestión de la sala.