El Grec Festival de Barcelona cierra esta edición con cifras de espectadores y espectadoras más altas que las de años anteriores y certifica el éxito de las propuestas gratuitas abiertas a la ciudadanía, de una selección de escenarios que ha convertido en espacios teatrales los recintos más diversos y de unas propuestas llenas de emoción con los coros de voces como protagonistas, que han salpicado la programación.
Francesc Casadesús, director del festival, y Xavier Marcé, comisionado de Cultura e Industrias Creativas, han hecho balance de esta edición del festival, que ha transcurrido sin grandes incidencias, salvo la lluvia que obligó a suspender el final de la función del espectáculo inaugural, The Pulse, de los australianos Gravity and Other Myths, y el estreno del espectáculo de Sasha Waltz.
Del total de 132.432 espectadores y espectadoras (70 % de ocupación), 46.579 (ocupación del 90 %) han sido en los espectáculos del Grec Festival y los otros 66.925 (ocupación del 61 %) en las propuestas del Grec Ciutat. A este conjunto se suman las 18.928 personas que han participado este año en las actividades programadas.
El carácter popular de esta edición se ha hecho evidente en espectáculos gratuitos que han atraído a la ciudadanía, entre ellos Les Traceurs, de Rachid Ouramdane con el funambulista Nathan Paulin, que tuvo durante un rato a la ciudad con el corazón en un puño mientras paseaba por el cielo entre dos edificios, en las propuestas gratuitas de carácter familiar que se han visto en la plaza de Margarida Xirgu o en la implicación de museos, instituciones culturales y fábricas de creación barcelonesas.
Magia y emoción
Entre los aciertos del festival destacan unas experiencias escénicas diferentes que se han desarrollado en espacios poco habituales de la ciudad, escenarios que normalmente no lo son (desde el Dipòsit del Rei Martí hasta el recinto modernista del Hospital de Sant Pau) y que han acogido unos espectáculos a menudo poco convencionales que aprovechaban todas las posibilidades y toda la magia de los lugares donde se desarrollaban: desde el Rèquiem de la llum, de Marina Mascarell y el Orfeó Català, hasta la antigua prisión Modelo, donde se vio Jo Travesti, de Roberto G. Alonso y Josep Maria Miró.
Este último espectáculo es uno de los muchos en los que se agotaron entradas en esta edición del festival. En conjunto, la ocupación de los espectáculos ha sido del 70 % (74 % en los escenarios singulares), pero en recintos como el Teatre Grec esta ocupación ha llegado al 95 %, y, en cuanto a los espectáculos de circo nacionales e internacionales, la ocupación ha sido del 95 %.
Los espectáculos que incorporaban en la propuesta escénica la participación de un coro de voces (unos dieciséis en total), muchos de los cuales han tenido la implicación de los coros del Palau de la Música, han sido todo un éxito, como se vio en las representaciones del espectáculo inaugural (el mencionado The pulse), el Rèquiem de la llum o David Lang: Prisoner of the State, entre otros.
Pero el Grec no solo son espectáculos, sino también actividades dirigidas a los espectadores y espectadoras o a los programadores y programadoras con la intención de formar al público, en el primer caso, y de estrechar relaciones entre la comunidad escénica internacional y promover los espectáculos creados en Cataluña, en el segundo. Nos referimos al Grec_Pro, un encuentro profesional del Grec que en esta edición ha tenido más de 250 inscritos y que favorecerá la programación de espectáculos locales en escenarios del extranjero
La edición de este año del Grec ha continuado apoyando, además, la creación local, con fórmulas como las coproducciones, los premios, las lecturas dramatizadas, el proyecto Creación y Museos o bien el concurso Riiing, que ofrece apoyo a la escena del teatro musical.
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