La pastelería Foix de la plaza de Sarrià celebra los cien años de historia

15/03/2023 - 13:29

La tienda se abrió un 19 de marzo de 1923 con motivo de la festividad de Sant Josep. Para soplar las velas del centenario, la pastelería ha preparado un baile de sardanas el domingo, 19 de marzo, a las 12 .00 h, en la plaza de Sarrià.

Sólo entrar la tienda ya se percibe el olor de un chocolate que enamora. De hecho, las tabletas de chocolate de grandes dimensiones se exponen encima del mostrador. Un martillo de madera las acompaña para romper en trozos pequeños el chocolate con las avellanas que dan un punto de originalidad más, en la tienda de renombre que cumple ahora cien años.

Las Diadas de Sant Josep

El negocio familiar del poeta J. V. Foix ya había abierto la primera tienda en la calle Major de Sarrià, también un 19 de marzo de 1886 con motivo de la festividad de Sant Josep, que antes se celebraba como una gran festividad. Jordi Madern, sobrino de J. V. Foix, entró en la tienda con 15 años y a sus 85 años todavía está cada día detrás del negocio, mayoritariamente familiar. ‘Antes, el día de Sant Josep era una gran Festividad y recuerda cómo se tenía que contratar más personal, especialmente para aquel día, para repartir la crema catalana o crema de San Josep,’ nos explica.

En las dos tiendas, la de la calle Major de Sarrià y la de la plaza de Sarrià, se vendían los mismos productos, pero la clientela era diferente. Así, en  la de la calle Major compraba más,  la gente de los oficios más populares de la vila de Sarrià de entonces, desde el carpintero a la modista, pasando por el herrero, y había un trato más personal de gente del pueblo. En cambio, en la pastelería de la plaza de la Sarrià la clientela era más acomodada, y quien recogía los encargos era la muchacha o el chófer de las barcelonesas y barceloneses que veraneaban en las torres del paseo de la Bonanova y eran una clientela menos personalizada.

La tienda de la plaza de Sarrià todavía conserva el encanto del siglo pasado y es como viajar en el tiempo. Jordi Madern explica que ‘entre los objetos más curiosos destacan los escaparates de madera de roble que  hay en la entrada con las esquinas redondas, y los muebles y el techo. La puerta original del acceso principal no se conserva, porque la tienda se remodeló en el año 1992 y la sustituyeron para hacerla más accesible. Sí, que se puede ver todavía un reloj original de pared, uno de los objetos más antiguos de la pastelería’. Añade también y nos muestra la capilla dedicada a la Virgen del Roser que se conserva en el obrador de la calle Major de Sarrià.

Visitas ilustres

Todos los amigos que venían a visitar a J. V. Foix lo hacían en su despacho en la pastelería de la plaza. Artistas, pintores, escritores, poetas, desfilaban por la tienda para encontrarse con él. Jordi Madern nos explica alguna anécdota como una de las numerosas visitas de Salvador Dalí que contemplando los edificios señoriales del paseo de la Bonanova con sus formas esféricas en las cúpulas comentó a J. V. Foix que aquello que veía era una ‘arquitectura comestible’.

O la de la visita del poeta Federico García Lorca a la tienda con motivo de un homenaje que le hicieron.  Cuando fueron a cenar descubrieron las actitudes de Lorca tocando el piano y recitando canciones en catalán.

Los postres de ayer, hoy y siempre

Uno de los distintivos de la pastelería es la calidad de sus ingredientes y su trabajo artesanal con un toque innovador y creativo. Así, en el catálogo de pasteles se pueden encontrar desde los clásicos, como el Massini, la Sacher, o la Clásica de crema y trufa, pasando por los más originales con ingredientes innovadores como el Brescià, el Euskal Pastiza con crema de aranyò. Todos tienen su pequeña historia. Por ejemplo, el pastel homenaje a Montserrat Caballé con crema de jazmín  y  marron glacé, porque como explica Jordi Madern ‘siempre antes de una función de ópera a la soprano le gustaba comerse dos marron glacé’.

Uno de los dulces estrella patentados de la pastelería son ‘Les Petxines de Sarrià, creadas por el padre del poeta, Josep Foix i Riera, que se hacen desde hace más de cien años y representan las cinco conchas de Sant Jaume del escudo de Sarrià. Las dos valvas, elaboradas a mano, son delicadas con aroma de almendra, se hornean por separado, y después se unen con chocolate negro.

También son únicas y especiales los pastelitos del bosque, elaboradas con pasta brisa y crema de siervas y jazmín que hacen sentir la naturaleza de los bosques.

La pastelería fue de las primeras en vender helados artesanales y entre los sabores más originales destacan el de naranja amarga, el de panetone o tiramisú, el de piñón, el de crema quemada, el Euskal Izosky o el de higos de coll de dama.

El domingo, 19 de marzo, la plaza de Sarrià será el escenario idóneo para celebrar los 100 años de la pastelería, y lo hará con un baile de sardanas a cargo de la Cobla la Flama de Farners, y más sorpresas conmemorativas en un día muy especial.

Las pastelerías J. V. Foix pertenecen a la lista de los comercios emblemáticos de Barcelona.

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