Barcelona invierte en la climatización de escuelas gracias a los ingresos procedentes de la fiscalidad turística

Barcelona invierte en la climatización de escuelas gracias a los ingresos procedentes de la fiscalidad turística

El Plan Clima Escola BCN se financiará con parte de los ingresos provenientes de la fiscalidad turística, de acuerdo con el compromiso del alcalde, Jaume Collboni, de destinar una parte de estos recursos a proyectos de retorno social.

El Plan Clima Escola BCN se financiará con parte de los ingresos procedentes de la fiscalidad turística, de acuerdo con el compromiso del alcalde, Jaume Collboni, de destinar una parte de estos recursos a proyectos de retorno social. El plan persigue un doble objetivo: asegurar la calidad del aire, por un lado, y el máximo confort térmico del alumnado ante el calor y el frío, por el otro.

Barcelona invertirá 100 millones de euros en la climatización de un total de 170 centros educativos entre los años 2024 y 2029. Eso es lo que prevé el Plan Clima Escola BCN a través del Consorcio de Educación de Barcelona (CEB), y que se financiará con ingresos provenientes de la recaudación del recargo sobre el impuesto turístico.

Uno de los compromisos adquiridos por el alcalde, Jaume Collboni, es hacer que una parte del dinero recaudado a través de la fiscalidad que grava la actividad turística se destine a compensar los costes y los efectos que genera el turismo en la ciudad y a impulsar políticas de retorno social dirigidas a mejorar la vida de los ciudadanos. Sin dejar de lado, eso sí, las políticas de promoción económica de la ciudad que también son financiadas mediante estos ingresos.

En el terreno de las políticas sociales, este compromiso se desplegará en diferentes proyectos concretos. Uno es la climatización de las escuelas que prevé la instalación de equipos de aerotermia —que producen frío y calor— en un total de 170 centros educativos, es decir, en 148 escuelas, 16 institutos escuela, 3 escuelas de educación especial y 3 institutos. El Ayuntamiento asume, así, la climatización de todos los centros educativos de la ciudad sobre los que tiene las competencias de mantenimiento y reformas (las escuelas de primaria, los institutos municipales y las escuelas de educación especial), e incluye también en este paquete todos los institutos escuela, aunque en estos casos el mantenimiento de estos centros es competencia compartida con la Generalitat de Catalunya. Este proyecto beneficiará directamente a 55.519 alumnos de toda la ciudad.

Respecto al calendario de ejecución de este plan, que tiene un horizonte de seis años a partir del 2024, el proceso de transformación se desarrollará en dos fases. La primera fase se ejecutará entre los años 2024, 2025 y 2026, en un total de 83 centros que han sido priorizados a partir de varios criterios técnicos. Por una parte, se han escogido los centros educativos que por su ubicación, orientación del edificio, entorno urbano y características de la construcción necesitan con más urgencia una intervención de climatización. En este primer paquete también se incluyen otros centros donde se puede hacer la transformación con proyectos menos complejos y más rápidos de ejecutar y, por lo tanto, que pueden tener resuelta la climatización en un plazo más corto. En una segunda fase, es decir, entre los años 2027, 2028 y 2029, se incluyen el resto de los edificios hasta llegar a los 170 que incluye el plan.

El Plan Clima Escola BCN es un proyecto integral que incluye también dotar a los edificios de placas fotovoltaicas mediante las que se producirá la energía eléctrica que consumen estos aparatos climatizadores. De hecho, se instalarán suficientes placas como para producir excedentes de energía para compartir con la comunidad. Así, con los recursos que deja el turismo en la ciudad se avanzará también en la descarbonización de los centros educativos y, por lo tanto, en la reducción global del consumo de energías no renovables en la ciudad.

El Ayuntamiento de Barcelona quiere solucionar el problema de la climatización de las aulas, ya que desde el 2017 se ha agravado con las sucesivas olas de calor que se han producido con el curso escolar en marcha. El plan persigue un doble objetivo: en primer lugar, asegurar la calidad del aire interior, actualizando las exigencias de salubridad a los requerimientos actuales y, en segundo lugar, asegurar también el confort térmico del alumnado tanto en los meses calurosos como en los fríos, para garantizar así el entorno más propicio para la educación y el aprendizaje.

Por otra parte, se trata de una gran apuesta en la descarbonización de los centros pensada desde un planteamiento climático integral. Los sistemas de aerotermia combinados con la instalación de placas fotovoltaicas implican la práctica eliminación de sistemas fósiles de producción de calefacción actuales (que funcionan con gas). La climatización propuesta es de origen totalmente eléctrico (tanto para el calor como para el frío) y la fuente de suministro es solar y autosuficiente. Eso implica, por lo tanto, un ahorro energético que compensa con creces el aumento de consumos asociados a las nuevas demandas de frío.

En concreto se calcula que el área de cubierta de las escuelas en las que se colocarán las placas fotovoltaicas tiene una superficie total de 258.888 m². De estos son aprovechables para colocar placas el 70 %, es decir, una superficie de 181.699 m². El potencial de producción anual de esta superficie de placas fotovoltaicas con una eficiencia prevista del 79,2 % es de 31,27 GWh/año. Se trata de una producción superior a las necesidades de consumo, tanto para cubrir la refrigeración de los espacios en los meses de calor como para la calefacción en invierno. La sustitución del gas, con una reducción del consumo de hasta el 50 %, sumada a la generación de energía eléctrica fotovoltaica para el autoconsumo puede representar un ahorro económico final de más de 1,1 millones de euros anuales.