Las ordenanzas fiscales para el 2024 se proponen avanzar en la fiscalidad del turismo vinculada a cruceros de corta estancia y viviendas de uso turístico
El cuarto teniente de alcaldía, Jordi Valls, presenta los presupuestos y las ordenanzas fiscales para el 2024 como una propuesta sólida, solvente y responsable que busca dar confianza y estabilidad a la ciudad.
El cuarto teniente de alcaldía, Jordi Valls, presenta los presupuestos y las ordenanzas fiscales para el 2024 como una propuesta sólida, solvente y responsable que busca dar confianza y estabilidad a la ciudad.
El Gobierno propone un presupuesto del Ayuntamiento de Barcelona para el 2024 que actúa como motor económico, da estabilidad a la ciudad y prioriza el bienestar de la ciudadanía, con una apuesta decidida por la limpieza y la seguridad en el espacio público, la atención social y la vivienda y la transformación de los barrios. El presupuesto, que se presenta públicamente para poder iniciar el debate y la tramitación, es el más alto de los que ha tenido Barcelona. Prevé que la ciudad cuente el próximo año con 3.735 millones de euros, lo que representa 140 millones de euros más disponibles y un incremento del 3,9 % de los recursos disponibles con respecto a este año.
En cuanto al conjunto de ingresos corrientes, se prevé que crezcan con un volumen de 314 millones de euros gracias a la liquidación definitiva de la participación en los ingresos del Estado y el incremento de la recaudación del recargo municipal y del impuesto de estancias en establecimientos turísticos (IEET).
En el caso de las ordenanzas fiscales para el 2024, se mantiene como principal objetivo no incrementar la presión fiscal a la ciudadanía. En cambio, se propone avanzar en la fiscalidad del turismo vinculada a actividades que tienen menos retorno social y más impacto a través del recargo municipal del IEET. Se trata de incrementar la tarifa relativa a las embarcaciones de cruceros con escala de menos de 12 horas y a las viviendas de uso turístico (VUT), pasando de los 3,25 euros que prevé el recargo municipal a los 4 euros a partir del 1 de abril de 2024.
Las VUT y los cruceros de corta estancia tienen impacto en términos de uso intensivo del espacio público, en el precio de las viviendas y en la convivencia. Por lo tanto, se trata de incrementar los recursos que aportan al Ayuntamiento para contribuir a hacer frente a las externalidades que generan y a la gestión que debe hacer la ciudad, en términos de mayores gastos en mantenimiento, limpieza o seguridad.
Con esta propuesta, que debe ser negociada y pactada con los grupos para salir adelante, el conjunto de la fiscalidad asociada a la actividad turística pasaría a ser el tercer ingreso propio del Ayuntamiento, con una recaudación total estimada de 95 millones de euros.