- Dónde adoptarlo
- Pasos que hay que seguir
- Una vez en casa...
Una vez que hemos decidido que cumpliremos con estas pautas previas para la adopción de un nuevo miembro de la familia, debemos elegir el sitio al que iremos a buscarlo. Los animales de compañía se pueden adoptar en refugios, protectoras o centros de acogida. Esta es una opción muy buena, ya que a menudo son centros con pocos recursos y muchos animales, y podemos colaborar liberándolos de la carga que supone la atención diaria de todos estos animales.
Las personas que trabajan en estos centros son profesionales que conocen muy bien a los animales que cuidan cada día, y nos pueden aconsejar a la hora de elegir a un compañero de vida que se adapte a nuestras características. En el caso de los gatos esto es esencial, ya que con frecuencia son ellos quienes nos eligen a nosotros, y no al revés.
Os recomendamos que visitéis el Centro de Animales de Compañía de Barcelona, el CAACB, y que os dejéis guiar en el proceso de adopción por sus profesionales. Allí, un equipo de 20 personas y más de 150 voluntarios y voluntarias trabajan diariamente para la atención integral de los animales.
Sobre todo, debemos intentar no tener una idea predeterminada de cuál es el animal que queremos. A menudo, nuestras ideas no acaban coincidiendo con la realidad, y el personal del centro nos puede aconsejar mejor a la hora de escoger el animal que se adecue mejor a nosotros y a nuestro estilo de vida.
Una vez que hemos encontrado un animal con la ayuda de la persona que nos ha atendido y hemos decidido hacernos cargo de él, es mejor si antes de llevarlo a casa dejamos que nos conozca y vemos las reacciones que tiene.
Es recomendable, pues, visitarlo antes en el refugio o protectora y pasear con él. También es un excelente consejo que todos los miembros de la familia lo visiten e interaccionen con él, ya sea la pareja o los hijos e hijas, y si tenemos otros animales, ver la relación que se crea entre ellos y comprobar si son aptos para la convivencia, todo bajo la supervisión de una persona experta en comportamiento.
Los animales tienen que familiarizarse con los niños y niñas antes de llegar a casa. Podemos preguntar al personal del centro qué animales están más acostumbrados a estar con menores.
Una vez en casa, intentamos no agobiar al animal. Es normal que tengamos muchas ganas de abrazarlo y jugar con él, pero debemos tener paciencia y darle un poco de tiempo al principio.
Poco a poco, se irá adaptando a su nuevo hogar. Debemos procurar que esté tranquilo y dejarlo descansar cuando lo necesite. Es bastante habitual que la primera noche llore o se haga pis, pero es un hecho normal que no debe preocuparnos si después se reconduce.
En caso de que haya otro animal en casa, tendremos que dejar también que se acostumbre a él. Si adoptamos un perro y ya tenemos un gato, tendremos que asumir que puede haber algún momento de ladridos o bufidos, pero si seguimos las recomendaciones de profesionales se reconocerán mutuamente y el proceso terminará con éxito. En caso de que sean dos gatos, es recomendable que ambos tengan espacios propios para que se huelan, se conozcan y se adapten antes el uno al otro.
Si aun así tenemos alguna duda con respecto a su atención, siempre podemos consultar al equipo de comportamiento o al centro veterinario, que nos ayudará a entender mejor lo que está pasando o nos derivará a una persona especialista en conducta.
Además, hay que establecer un plan sanitario para nuestro animal. Con la ayuda del personal veterinario podremos fijar un plan de vacunación y desparasitación periódico. También se debe realizar la esterilización para evitar la cría incontrolada, que es una de las causas de abandono de los animales.