Abejas

L'espècie

Las abejas y los abejorros (familia Apidae) son un bioindicador de la calidad del aire de la ciudad, a la vez que constituyen un recurso importante para la polinización de las plantas y la mejora general de las zonas verdes.

Las abejas urbanas no tienen mucha visibilidad, pero han coexistido con la ciudadanía desde siempre. Se refugian en troncos de árboles y edificios vacíos y se alimentan con las flores del espacio urbano.

¿Qué hace el Ayuntamiento?

El Ayuntamiento de Barcelona está comprometido con la biodiversidad y cuida de los enjambres de abejas (Apis mellifera) que hay en la ciudad, por eso se realizan actuaciones de forma habitual en la vía urbana, que requieren la intervención de equipos multidisciplinares de profesionales.

Al tratarse de una especie en recesión, las tareas de cuidado y protección resultan muy importantes. Barcelona se ha sumado al movimiento global a favor de las abejas urbanas con acciones como la instalación de nidos y "hoteles de insectos" para abejas y avispas silvestres en parques y jardines de la ciudad para favorecer su reproducción y promover la biodiversidad urbana. Así, se incrementará la presencia de estos insectos polinizadores, que harán que florezcan más flores y plantas a su alrededor y que mejore el hábitat de las zonas.

También se realizan habitualmente talleres educativos vinculados al cuidado de las abejas silvestres, tanto dirigidos a escolares como a la ciudadanía en general, para concienciar sobre la protección de esta especie y de otros polinizadores.

Convivencia con la ciudadanía

Mantén la calma

La reducción de las poblaciones de abejas en los últimos años ha generado un interés creciente por la apicultura urbana como una forma de renaturalizar las ciudades.

Las abejas no suelen presentar problemas de convivencia en el espacio urbano. Solo pican como defensa en caso de sentir amenazado su nido y, de hecho, no todas pueden picar, ya que únicamente las hembras tienen aguijón.

Para evitar las picaduras de abejas, intenta mantener la calma y evita movimientos bruscos, y no pasees descalzo por lugares donde haya flores.

Retirada de enjambres

Puedes dar aviso de la presencia de nidos en la vía o espacios públicos en el Teléfono del Civismo (900 226 226) para activar el servicio de recogida y eliminación. Si el nido se localiza en un espacio privado, es la propiedad quien debe hacerse cargo de la retirada.

Sabías que...

Los insectos polinizadores, como las abejas, están en regresión en todo el mundo debido a varias causas, como el uso excesivo de fitosanitarios y la pérdida de hábitats de calidad. Este retroceso puede representar un problema, ya que nueve de cada diez plantas necesitan un insecto para dar frutos y semillas, y se calcula que el 75% de los alimentos que se producen en el mundo depende de la polinización por insectos.

En un contexto urbano, uno de los factores que limitan su desarrollo es encontrar un lugar adecuado para hacer el nido en el que colocar los huevos, por eso, desde el Ayuntamiento se realiza la instalación de nidos y “hoteles de insectos” en parques, jardines y zonas verdes de la ciudad.
Existen más de 20.000 especies diferentes de abejas y abejorros. La mayoría son abejas solitarias y no viven en colonias. Apis mellifera, la abeja de la miel, por el contrario, es un insecto social, vive en enjambres formados por miles de individuos.

En cada colonia existen tres tipos diferentes de abejas: la reina, de tamaño mayor que el resto y la única que tiene capacidad reproductiva; las obreras, que son la base del enjambre, y los zánganos, los machos encargados de fecundar a la reina.
En la mayoría de los casos, los síntomas de las picaduras son leves y se limitan a una sensación dolorosa de ardor intenso, inflamación y enrojecimiento en la zona de la picadura, que desaparecen en pocas horas.

Se debe intentar retirar el aguijón, sin utilizar pinzas para evitar apretar el saco de veneno, y lavar con agua y jabón la zona afectada. Puede aplicarse frío local para reducir la inflamación.

Se debe pedir atención médica en caso de que haya cualquier tipo de reacción grave, si la picadura ha sido en la boca o si hay picaduras múltiples, especialmente en niños, personas mayores o con problemas de salud.
Es una forma de comunicación que utilizan las abejas cosechadoras para informar a sus compañeras de la colmena sobre la ubicación de fuentes de alimento como néctar, polen o agua. Es uno de los ejemplos más sofisticados de comunicación no verbal en el reino animal. El comportamiento fue descrito por Aristóteles ya en el siglo IV aC, pero fue Karl von Frisch, un etólogo austríaco, quien lo estudió en profundidad. Von Frisch recibió el premio Nobel de Medicina o Fisiología en 1973.