Hemos conversado con la directora del Instituto Milà i Fontanals, muy implicada en la docencia y en el barrio del Raval.

Entrevista a Isabel Gargallo

Martes, 4 de abril de 2017, 10.58 h

Hemos tenido el placer de conversar con Isabel Gargallo, actual directora del Instituto Milà i Fontanals y una persona muy implicada en la docencia y en el barrio del Raval.

En este curso 2016-2017, cumple diecinueve años como docente del centro y el primero como directora, aunque ha trabajado unos cuantos años como coordinadora pedagógica y jefa de estudios en el centro.

Isabel, aparte de acumular una cantidad importante de años en el centro, nos han comentado que, además, fuiste alumna del instituto.

Sí, estudié en el instituto al final de los años ochenta y conservo un gran recuerdo de aquella etapa porque hice grandes amigos. Concretamente, a mi mejor amiga, Estefania, la conocí aquí y estudiamos juntas la carrera de Química en la UB. Al cabo de unos años, después de aprobar las oposiciones, supe que había una plaza en el Milà y la pedí. La sorpresa llegó cuando, unos meses después, me la dieron; era 1997.

Cuando empecé como profesora, me encontré con un instituto muy diferente del que había dejado como estudiante, pero todavía hay un buen número de profesores que yo había tenido. Cuando yo estudiaba, la mayoría de las familias eran de Andalucía y del resto de España y, sobre todo, se hablaba en castellano. También había catalanes, pero eran la minoría.

El instituto hace el esfuerzo de adaptarse al barrio y se ajusta a las nuevas tendencias pedagógicas, para llevar a cabo los cambios necesarios y para poder continuar la vida educativa dando respuesta a la población que hay en cada momento. La renovación del proyecto educativo del centro comporta que, en el próximo curso, un grupo de familias de escuelas de barrios limítrofes al Raval también opten por matricularse en el instituto.

Estas familias ven que la diversidad es positiva y observan la naturalidad con que la viven los alumnos y la riqueza que les aporta. Este año, hemos hecho dos jornadas de puertas abiertas y hemos tenido unas cuarenta familias interesadas, así que se prevén cambios en el alumnado en un futuro próximo.

¿Crees que integrar propuestas educativas innovadoras en el proyecto educativo ayuda a hacer que mucha más gente esté interesada en participar en el centro?

¡Por supuesto! Este año nos hemos integrado en las Redes para el Cambio y hemos empezado a trabajar en proyectos en primero de ESO. Hacemos fotografía, robótica y expresión. Son unas horas de trabajo en grupo en las que el alumnado potencia su creatividad. Es una manera activa de trabajar. Lo valoramos muy positivamente.

También hemos introducido el trabajo más interdisciplinarioHemos empezado uniendo las materias de ciencias (física, química, biología y geología) para darles la perspectiva global que necesitamos, ya que todo está relacionadoe impartiendo los contenidos establecidos. Solo cambiamos la manera de trabajar, y el alumnado lo agradece mucho. Lo queremos ampliar a nuevas materias.

¿Cómo os organizáis en las aulas de proyectos?

Los proyectos se hacen en las aulas de proyectos, que no son las aulas ordinarias. Se trabaja en equipo y por roles agrupados en mesas de seis personas. Hemos decorado y equipado las aulas. Por ejemplo, las paredes son naranjas, ya que este color activa la mente.

¿El profesorado recibe algún tipo de formación o ayuda?

Tenemos un mentor del Consorcio de Educación con mucha experiencia que viene una vez a la semana para impartir una formación activa al profesorado. Está presente en el aula y observa; después, se reúne con el profesorado para mejorar aspectos didácticos, darles ideas...

¿Crees que el profesorado trabaja más, pero también se divierte más?

El profesorado que hace proyectos es voluntario, pone muchas ganas y también dedica muchas horas. Seamos claros, es más fácil coger un libro y decir: “Página 3, ejercicio 2...”, pero el resultado es totalmente diferente. Hemos observado que se crea grupo entre los profesores, están más involucrados y tienen más ilusión, que, de paso, se transmite al alumnado. ¡Creen en estos proyectos y eso es buenísimo para el alumno!

¿Y las familias cómo reaccionan? ¿Habéis dado alguna charla de apoyo a las familias?

En este momento es un punto que tenemos que mejorar. Por ejemplo, todavía no tenemos AMPA (Asociación de Madres y Padres de los Alumnos) y consideramos la urgencia de crear una.

Las familias se interesan por sus hijos, pero a veces no les llega la información de las reuniones, charlas... El adolescente, por olvido, no entrega la carta en casa y no informa a los padres, y por eso no vienen. Actualmente, cuando tenemos que organizar una reunión, llamamos antes por teléfono a todas las familias. La última charla sobre el uso de los móviles que convocamos fue un éxito de asistencia y de interés. Durante una hora y media las familias preguntaron y se mostraron muy receptivas. Desde que el contacto es directo, ha aumentado la asistencia.

¿Haréis un curso para madres y padres?

Sí, de acuerdo con la iniciativa de dos profesores del instituto, nos hemos propuesto hacer el año que viene un curso de acreditación de informática MIS (Microsoft Office Specialist) para las familias. Nuestro objetivo es que madres y padres vengan en horario extraescolar una o dos tardes fijas al instituto, y les ofreceremos un curso de informática básica para alcanzar los conocimientos suficientes para superar un examen oficial que los acredite. Además, disponemos de una nueva aula de informática en la que podemos ofrecer perfectamente este servicio.

¿Cómo os comunicáis con las familias extranjeras que no entienden el catalán?

En el instituto queremos facilitar a las familias el acceso a la información a través del Servicio de Traducción y Mediación Intercultural del Ayuntamiento de Barcelona para que las madres y los padres no se sientan excluidos si no entienden nuestra lengua.

En todas las reuniones que hacemos con las familias extranjeras de lenguas no románicas pedimos un traductor. Hemos comprobado que este gesto los hace sentirse mucho mejor, se sienten incluidos y entienden la información sobre sus hijos e hijas que se quiere transmitir desde el instituto.

¡Ahora hablemos del profesorado!

Si algo destaca en el Milà i Fontanals es el profesorado. Son profesionales implicados. Algunos vivimos en el barrio y otros, no. La mayoría se quedan atrapados después del primer año porque tenemos un alumnado muy acogedor y alegre que aprecia y respeta al profesorado.

¿Tenéis aula de acogida?

Sí, tenemos dos aulas de acogida. Una es para el alumnado de primero y segundo de ESO y la otra es para alumnos de tercero y cuarto de ESO. Los separamos porque consideramos que entre un alumno de primero y uno de cuarto hay un abismo. Hacemos dos niveles e intentamos que, como mínimo, durante un año, hagan la inmersión en la lengua catalana, que también trabajen las matemáticas, el medio natural, el medio social... Pero el objetivo principal es la inmersión en la lengua catalana. En general, el alumnado del aula de acogida, si se ha formado en su país de origen y ha seguido una escolarización reglada, progresa muy rápidamente. Suelen pasar el primer año en el aula de acogida y, según el progreso de cada alumno, ya pasan al aula ordinaria.

Tenéis muchas propuestas... ¿Cuál sería vuestro proyecto estrella?

No puedo hablar de un solo proyecto estrella porque tampoco sería justo. Tenemos proyectos que funcionan, como el grupo de teatro con el Tantarantana. Son alumnos de cuarto de ESO que hacen teatro con los profesionales. Director, guionista, personas mayores del barrio, junto con una profesora de nuestro centro y los alumnos, preparan una obra de teatro que después representarán en el Teatre Tantarantana y en el CCCB. ¡El alumnado responde muy bien!

Otro proyecto del que estamos muy orgullosos es “Creadores en residencia”, que llevamos a cabo con otro grupo de cuarto de ESO que está interesado en el arte. Este año participan el artista Ricardo Trigo y profesionales de la Fundación Miró. Han empezado a trabajar en tipografía y se están encargando de crear la tipografía específica del instituto Milà i Fontanals. ¡Están entusiasmados!

Otro proyecto es “Salud y escuelas”. Un día a la semana viene la enfermera del CAP Drassanes. El alumnado puede preguntarle cualquier tema que le angustie. Normalmente las consultas tienen que ver con preocupaciones de la edad; sin embargo, si se detecta algún problema un poco más serio, nos ponemos en contacto con las familias. ¡Las consultas son individuales y los orientan muy bien!

También participamos en proyectos de aprendizaje y servicio y trabajamos con la violencia de género como tema prioritario.

Formamos parte del proyecto “Escuelas sostenibles”, ahora que tenemos comedor, un compostador y un pequeño huerto.

Es fundamental el proyecto Prometeus en bachillerato porque motiva a los alumnos y los ayuda a acceder a la universidad. Están bien acompañados en todo el proceso de matriculación, de demanda de becas y durante los estudios universitarios.

Otro apoyo son las mentorías individuales del proyecto Rossinyol, de la Dirección de Inmigración del Ayuntamiento de Barcelona, en las que alumnos de ESO y universitarios quedan una vez a la semana para hacer actividades de tiempo libre; y el proyecto Horitzons, de la UPF, de apoyo al alumnado de bachillerato, que refuerza las competencias que se necesitan para continuar los estudios superiores.

Tenemos otros programas, como “Apadrina tu equipamiento”, con el Palau Güell y con Memorial Democrático, o programas de diversificación curricular con la entidad Impulsem.

En los trabajos de investigación también participamos en la Expo-Recerca. El año pasado ganamos el premio en el ámbito de ciudad con un trabajo práctico sobre la elaboración de biodiésel a partir de diferentes aceites reciclados.

También tomamos parte cada año en los Juegos Florales Escolares. Y en otros proyectos, como “Cine en curso”, “De marcha... ¡Haciendo deporte!” y natación en Can Ricart... Nosotros siempre estamos abiertos a toda la oferta que nos ofrece el barrio, ¡y hay mucha!

¿Cómo te sientes como directora?

Yo he empezado este año, pero llevaba una trayectoria en cargos directivos como jefa de estudios y como coordinadora pedagógica. Todo el trabajo que hacemos no se ha empezado este año, ni mucho menos; ya hace años que se trabaja en esta línea. Estoy muy contenta con el proyecto de instituto, me gusta y creo en él. También estoy muy satisfecha de la respuesta del profesorado porque me siento muy apoyada, y esto quiero decirlo en mayúsculas. Me gusta trabajar en equipo y llegar a ejecutar las actuaciones consensuadas.

Me gusta el alumnado que tenemos porque tiene una riqueza impresionante. También tengo que deciros que me siento muy apoyada por el Consorcio de Educación de Barcelona, la Inspección de Enseñanza y el Distrito de Ciutat Vella. Por ejemplo, se nos ha concedido el proyecto de instituto a tiempo completo y hemos vuelto a abrir el comedor aquí, en el Milà, y en estos momentos se quedan a comer unos 35 alumnos. Este proyecto concede becas comedor de tipo pedagógico, es decir, el alumno se puede quedar a comer gratis si hace alguna actividad de tarde. Como extraescolares ofrecemos música, clases de refuerzo y ampliación, idiomas, plan del deporte y club de lectura y, así, el alumnado tiene una jornada hasta las 18.30 horas. También los preparamos para hacer las pruebas Cangur, una competición de matemáticas que se convoca en toda Cataluña. El profesor de música ha formado una orquesta con alumnado de primero a cuarto de ESO y, a final de curso, darán un concierto.
Pensamos que para los alumnos es muy bueno que estén en el instituto por las tardes porque aprenden, están acompañados y a las familias les aporta más tranquilidad.

¿Tenéis alguna novedad más? 

Sí, este año, como novedad, nos hemos abierto a todas las redes sociales (Instagram, Facebook, Twitter y canal de YouTube) y hemos observado que llegamos a mucha más gente y las familias están encantadas. Y, por otra parte, hemos renovado la página web para que esté actualizada continuamente.

Isabel nos ha hecho llegar su entusiasmo por la educación, el alumnado, el profesorado y el barrio del Raval.

Ver menos