Los centros educativos ubicados en entornos socioeconómicos más vulnerables se encuentran en situaciones complejas de tipo socioeducativo (más allá de la labor docente) que requieren una intervención integral con los niños y niñas y sus familias para garantizar la igualdad de oportunidades de los niños y niñas.
Los objetivos principales de la incorporación a las guarderías de una educadora social son:
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Prevenir, detectar y acompañar situaciones de vulnerabilidad social con el objetivo de vincularlas a servicios sociales, también individualmente.
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Prevenir, detectar y atender a las situaciones de infancia en riesgo.
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Promover el trabajo en red entre los profesionales del ámbito educativo, de salud y social dentro de la escuela.
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Mejorar la participación de las familias en la vida social de los centros e incorporar y fomentar la mirada social y comunitaria del equipo educativo.
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Realizar proyectos grupales de promoción y atención a familias (espacios de escucha, habilidades parentales, de vinculación y participación con la escuela).
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Atención individualizada de aquellos niños y niñas y sus familias que presenten situaciones de vulnerabilidad socioeducativa y de riesgo.
