Al abrir las puertas de La Llar, se transmite tranquilidad, intentamos que vuestros niños y niñas se sientan como en casa, compartiendo con la máxima sensibilidad posible vuestras inquietudes y intentando cubrir las necesidades de vuestros pequeños/as y las vuestras, familia, de la mejor manera que abemos hacerlo: escuchándoos, respetándoos, y acogiéndoos. Ya que, al fin y al cabo, nos confiáis lo más preciado de vuestra casa: los hijos/as. Valorando el amor y el esfuerzo que hacéis, los que formamos parte de esta experiencia, tenemos especial cuidado de lo espacios y las necesidades de todos y todas. Nos gustaría que recordarais la Llar como ese lugar del que siempre formareis parte, en el que una vez entrasteis expectantes con vuestro pequeño/a lleno de capacidades entre los brazos y años más tarde, os marchareis con el mismo, pero más seguro y de la mano.