El proyecto comunitario Radars ha tenido más sentido que nunca durante este último año, en el que la situación provocada por la covid-19 ha hecho incrementar el sentimiento y las situaciones de soledad no deseada. La tarea hecha por toda la comunidad, los voluntarios y voluntarias, los diversos servicios y entidades y los profesionales ha sido clave para poder acompañar a las personas mayores durante el 2020.
Radars no dejó de atender en ningún momento a las personas vinculadas al proyecto durante todo el año. Entre el equipo técnico y las personas voluntarias realizaron 42.146 llamadas telefónicas a las 1.804 personas usuarias (el triple que el año anterior). Cuando las recomendaciones sanitarias lo permitieron, el proyecto apostó por mantener el contacto presencial con las personas mayores, fomentando entregas a domicilio o pequeños encuentros, y respetando siempre todas las medidas de seguridad.
Por otra parte, el proyecto no dejó de crecer durante el 2020, en el que se dieron de alta como usuarias 258 personas más (un 17% del total de las personas atendidas). Con respecto a la red de barrio, actualmente hay 3.931 radares –entre comercios, farmacias y vecinos– y 272 personas voluntarias, 60 de las cuales se incorporaron al proyecto el año pasado. Esta red, atenta a las realidades de las personas mayores, detectó 1.218 situaciones de riesgo y soledad no deseada que fueron atendidas por Radars. Hay que destacar que en el momento inicial de la pandemia estas situaciones fueron más frecuentes.
El proceso comunitario tampoco se detuvo en los barrios. A mediados de abril e inicios de mayo, las Mesas y los espacios comunitarios que integran el proyecto se reactivaron y, a pesar de no poder participar de manera presencial, se hicieron encuentros telemáticos para seguir trabajando. Durante el año 2020 se iniciaron nuevos proyectos y colaboraciones, como el servicio de lectura “A cau d’orella”, con la colaboración de cuatro bibliotecas de la ciudad, o el trabajo conjunto con las redes vecinales.
Fruto de éstas y de muchas otras relaciones comunitarias, desde Radars se elaboraron diversos materiales y se impulsaron propuestas para las personas mayores del barrio (pasatiempos, gincanas en formato papel, videollamadas, grupos de Whatsapp, etc.). Entre estas propuestas, hay que destacar la celebración de las fiestas de Navidad, tan esperadas por todos los usuarios y usuarias de Radars, que desde los barrios se adaptaron a las circunstancias con la elaboración de mandalas, felicitaciones hechas por la comunidad o entregas a domicilio de lotes de Navidad y de motivos decorativos, entre otras.
Radars cerró a uno 2020 diferente, en el que la imaginación y la responsabilidad colectiva hicieron posible que el proyecto siguiera atendiendo a las personas mayores que desean estar más cerca de sus barrios. Como siempre, la participación conjunta de la comunidad, el voluntariado y las personas mayores ha sido básica para conseguirlo.