El ciclo #Trànsits 2024-2025 ha comenzado con un culto de la comunidad gitana de la Iglesia Filadelfia

La 3.ª edición del ciclo "Trànsits: músiques de l'esperit", organizada por el Museo de la Música de Barcelona y la Oficina de Asuntos Religiosos del Ayuntamiento de Barcelona en el marco de la temporada "(Contra) Natura" de L'Auditori, empezó en octubre con la actividad "La música de la Iglesia Filadelfia del Templo de la Mina". La actividad consistirá en un culto abierto de la Iglesia Evangélica de Filadelfia de la Mina y una conversación previa para introducir y reflexionar sobre sus prácticas musicales y espirituales.

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19/12/2024 - 12:16 h

Históricamente, la musicalidad y la sonoridad han sido una parte esencial de las diferentes creencias y espiritualidades humanas, y se encuentran presentes en numerosas prácticas y costumbres religiosas. La música ha sido, desde antiguo, un vehículo para la trascendencia, tanto desde la individualidad como de la celebración colectiva y participativa. De este modo, en el sonido se pueden encontrar muchos puntos en común para la comunión y el entendimiento de comunidades diversas.

El ciclo “Trànsits: músiques de l’esperit”, organizado por el Museo de la Música de Barcelona y la Oficina de Asuntos Religiosos (OAR), en el marco de la temporada “(Contra) Natura” de L’Auditori, tiene el objetivo de explorar, difundir y celebrar las prácticas musicales de diferentes comunidades religiosas de Barcelona. Este año el ciclo celebra su 3.ª edición reivindicando los “espacios que articulan una socialización estructurada en la cohesión y las convicciones compartidas, contextos en los que la música constituye el vínculo, se convierte en el hecho de compartir”, afirmó Jordi Alomar, director del Museo de la Música, en una entrevista en el blog de la OAR.

Precisamente estas tendencias al compartir y a la colectividad fueron centrales en “La música de la Iglesia Filadelfia del Templo de la Mina”, la primera actividad de esta nueva edición.

LA MÚSICA DE LA IGLESIA FILADELFIA DEL TEMPLO DE LA MINA

El sábado 16 de noviembre, la Iglesia Evangélica Filadelfia del Templo de la Mina celebró un culto abierto donde invitaba a la ciudadanía a descubrir las costumbres y las prácticas de la tradición evangélica de Filadelfia, caracterizadas por el canto y la participación de los y las fieles durante la celebración. Unos días antes del culto, el 14 de noviembre, tuvo lugar una conversación dedicada a introducir y reflexionar sobre el vínculo entre la espiritualidad y la musicalidad que se da en esta confesión, y especialmente en la comunidad gitana, que compone la mayor parte de la congregación. La conversación fue moderada por Horacio Curti, etnomusicólogo y profesor de la ESMUC, y participaron Maria Jerusalén Amador López, socióloga especializada en el rol de las mujeres gitanas en la Iglesia Evangélica Filadelfia; Mariví Cortés, activista, mediadora intercultural y comunitaria y miembro de la Iglesia Evangélica Filadelfia, y Rafael Fajardo, pastor de la misión de Filadelfia y mediador comunitario.

Fajardo comenzó situando el momento fundacional de esta Iglesia en la predicación del pastor pentecostal francés Clément Le Cossec, a una mujer gitana “muy necesitada”, y, a través de ella, a otras personas de pueblo gitano que iban a hacer la vendimia a Francia desde España y Portugal. En su regreso, y gracias a la capacidad de transmisión y de hacer red del pueblo gitano, el mensaje llegó a toda la comunidad gitana de la península ibérica. En este contexto se fundó en Balaguer el primer templo de la Iglesia Filadelfia, al que le siguieron muchos otros por toda España. La rápida expansión de esta tradición se debe a que el pueblo gitano encontró una alternativa a las iglesias católicas, por parte de las cuales, “cerradas a nuestro culto diario por el clasismo de la mayoría blanca, recibíamos rechazo”, señaló Mariví Cortés. Además, “La pasión forma parte de nuestra manera de sentir”, decía Cortés, y eso “no cuajaba en la liturgia de una Iglesia como la católica, donde todo está muy marcado y estipulado“. El pueblo gitano no es católico de origen: “Los gitanos somos muy beatos, porque somos muy pasionales, pero lo somos en cualquier religión”.

Así, el pentecostalismo ofreció, según María Jerusalén Amador López, este espacio de libertad que anhelaba la comunidad para su espiritualidad: “Es una tradición más flexible que permite incorporar los rasgos de una minoría étnica como la gitana, reconfigurando y haciendo suya la liturgia“. Esta se estructura según el “canon bíblico”, decía Fajardo, donde “primero se alaba a Dios y luego se comparte la palabra, primero se alivia el espíritu y luego el predicador coge un texto de la Biblia y lo predica adaptándolo a nuestras vidas”. Durante todo el culto, la música tiene un papel preponderante: “El gitano siempre se ha expresado con la música, y eso nos ha llevado a crear una música de alabanza que es genuinamente nuestra“, comentaba Fajardo. Estas expresiones pueden ser de gozo “con muchas palmas, con rumba” donde toda la congregación “lo da todo”, o de sensibilización, como la canción Lléname de ti, que es todo un himno a la comunidad gitana evangélica y que Fajardo interpretó durante la conversación.

La conversación también abordó el papel de la mujer en la comunidad gitana y los estereotipos que rodean esta realidad. “Se califica al pueblo gitano de machista, pero las mujeres gitanas están impulsando la transformación social“, afirmaba Amador, “y lo están haciendo precisamente desde la Iglesia“. La ponente defendía que aunque se han invalidado estos argumentos en algunos foros, “la realidad es que las iglesias son muchas veces espacios seguros para estas mujeres“. De hecho, tienen un rol preponderante: lideran el proceso de conversión de sus familias, son las oradoras principales, llevan el coro y escogen las canciones y hacen las tareas de la escuela dominical. “Además”, incluía Cortés, “la mujer del pastor es muy importante: aconseja, está pendiente de los feligreses… Se considera que el pastor, en solitario, no puede dar respuesta a todas las necesidades de la comunidad”. Desde estas perspectivas, las mujeres influyen socialmente, explicaba Amador: “Estamos liderando un cambio, una revolución feminista silenciosa y muchas veces silenciada”.

El sábado 16 de noviembre tuvo lugar un culto abierto a la Iglesia Evangélica Filadelfia del Templo de la Mina donde las personas asistentes pudieron disfrutar de un culto donde participaron varias personalidades importantes para la comunidad gitana catalana. El culto sirvió para abrir la realidad del pueblo gitano de las iglesias de Filadelfia a la ciudadanía barcelonesa, subrayando especialmente su función social y de visibilización, y poniendo el foco en el contexto de la población gitana de la Mina, para la que el templo no es solo un lugar de culto, sino también un espacio de reivindicación de su cultura.

Consulta la galería de imágenes de la conversación de “La música de la Iglesia Filadelfia del Templo de la Mina” AQUÍ y del culto AQUÍ.

Consulta el artículo sobre la Iglesia Evangélica Filadelfia AQUÍ.

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