Desde el inicio de la pandemia, ahora hará un año, se empezó a evidenciar cómo algunas de las consecuencias de la COVID-19 se reflejaban de manera desigual en la población. El análisis publicado ahora por la ASPB en la revista científica internacional Environmental Research and Public Health confirma que las desigualdades sociales en la incidencia de la enfermedad se acentuaron especialmente en la segunda ola. La ASPB se basa en la evolución diaria de personas con COVID-19, confirmada con prueba diagnóstica (PCR o test de antígenos), no institucionalizadas y residentes en la ciudad. La COVID-19 afectó más a las mujeres hasta los 64 años en las dos olas. El estudio argumenta que las mujeres son especialmente vulnerables a sufrir la enfermedad porque están más expuestas a la infección: hay más mujeres que trabajan en el ámbito social y de la salud, y asumen el rol de cuidados con más frecuencia en el ámbito familiar. Igualmente, hay que tener en cuenta que sufren más las consecuencias derivadas de las medidas adoptadas y hay evidencias de que las situaciones de inestabilidad y confinamiento aumentan la violencia de pareja.
Entre los grupos de más edad, sin embargo, los hombres fueron más vulnerables a la COVID-19, con más incidencia de casos graves y mortalidad, a causa de diversos factores. Por una parte, hay diferencias biológicas entre hombres y mujeres: ellas tienen un sistema inmunitario más fuerte. De la otra, algunas enfermedades relacionadas con la COVID-19 son más comunes en los hombres, así como algunos hábitos asociados también a enfermedades crónicas, como el consumo de tabaco o alcohol.
También se han detectado desigualdades geográficas en la incidencia de la COVID-19 en Barcelona: las áreas con menos ingresos han sufrido una incidencia mayor, sobre todo durante la segunda ola. Entre el 26/02/2020 y el 21/02/2021, en Sants-Montjuïc han sido diagnosticadas de COVID-19 12.176 personas (incluyendo los casos en residencias), de las cuales el 53,5% son mujeres. En toda Barcelona, la incidencia acumulada por 100.000 habitantes es de 6.317 personas. Respecto a esto, en Sants-Montjuïc la incidencia por barrios es más baja en Sants (0,9); similar al conjunto de la ciudad en Hostafrancs, Pueblo Seco y la Marina de Port (1,0); un poco más alta en Sants-Badal, la Bordeta y la Font de la Guatlla (1,1) y más del doble en la Marina del Prat Vermell (2,4).
Con respecto a las desigualdades socioeconómicas, el estudio destaca su vínculo con las condiciones de vida y trabajo que se suman a las desigualdades en salud ya existentes. Las personas con menos recursos tienen viviendas y trabajos más precarios, así como una peor salud con más trastornos crónicos. Además, el acceso y comprensión de la información sobre las medidas puede ser más limitada.
En toda Barcelona, el exceso de mortalidad con respecto a otros años fue mayor en la primera ola (en torno a 3.400 muertos) que en la segunda (en torno a 700 muertos). En ambos casos este exceso fue más elevado en los hombres.