Villa Vecina es una comunidad territorial dentro de la cual se comparten todos los servicios y recursos sociosanitarios. Para que todo el mundo pueda acceder fácilmente, cada villa vecina tendrá una sede física de referencia para el equipo de profesionales especializados en cuidados. Toda persona con necesidades de atención se podrá dirigir allí y recibirá orientación sobre los recursos municipales, asociativos y comunitarios a los cuales tiene acceso en su villa vecina.
El proyecto, con un presupuesto inicial de 3,5 millones de euros, arranca este mes de mayo en la Marina de Port y tres barrios más del resto de la ciudad, dando servicio a unas 300.000 personas. Durante la segunda fase, que se prevé que se implemente en 2022, se incorporarán 12 unidades más, entre ellas la del barrio de Sans-Badal en septiembre del año que viene. El despliegue final prevé la implantación de 115 villas vecinas en total.
¿Qué ventajas tiene para la comunidad?
Para las personas cuidadoras se desplegarán una serie de iniciativas que faciliten la práctica profesional y mejoren las condiciones laborales y el bienestar. Las acciones incluyen facilitar el acceso a recursos de proximidad, ofrecer servicios de orientación y asesoramiento legal y laboral y proporcionar espacios de encuentro y respiro.
Para las personas que necesitan atención, especialmente niños de 0 a 2 años que no estén matriculados en ningún jardín de infancia y personas de más de 75 años que viven solas o que tengan una renta media inferior a los 7.500 euros anuales, se impulsará la planificación de la atención y la personalización de los cuidados a través de los equipos del Servicio de Atención Domiciliaria (SAD), el apoyo a la tramitación de ayudas y certificaciones y la participación en bancos de movimiento.
Además, cada villa vecina tendrá grupos de apoyo emocional y un banco de recursos para el cuidado de la infancia y el envejecimiento, que podrá proveer de material como sillas de ruedas, muletas, cunas y otros elementos necesarios para el cuidado de niños y niñas, y de personas mayores. También se desplegarán actuaciones como el refuerzo de las redes de apoyo comunitarias o iniciativas de crianza compartida.
Además de los servicios y recursos, cada villa vecina elaborará un plan de transformación urbana para pacificar el espacio público con una visión feminista y de los cuidados, siguiendo el modelo de las “superilles”.
El despliegue de Villa Vecina en la ciudad forma parte de una transformación de modelo sociosanitario, en la que se prioriza la proximidad, corresponsabilidad y personalización de la atención. El cambio principal consiste en concebir el cuidado como una tarea compartida y comunitaria, no privada e individual. Cuidar en comunidad es mejor que cuidar en soledad.