Lo proyecto Stolpersteine, que ya ha instalado 70.000 adoquines en las calles de una veintena de países, rinde homenaje a los deportados y deportadas judíos en los campos de concentración nazis. Cada piedra se instala delante de la casa donde se haya documentado que vivía la persona, contiene el nombre y las fechas de nacimiento, de exilio, de deportación e indica si murió o si sobrevivió.
La propuesta nació en los años noventa, gracias al artista alemán Günter Denmig, una respuesta memorial cívica en recuerdo de las ausencias de todas las personas deportadas en los diversos campos de exterminación.
Un trabajo para conocer el pasado
A través de esta iniciativa, portada en los institutos, los y las alumnas trabajan los conocimientos técnicos y documentales para recoger las historias de vida de estas personas y los contextos sociales e históricos que favorecieron el ascenso del fascismo y del nazismo. El año pasado, dentro de la prueba piloto de este proyecto educativo en Barcelona, alumnos del Instituto Quatre Cantons (el Poblenou) colocaron un adoquín de memoria delante de la casa donde vivió la poble-sequina Sabatia Morand y diversos grupos del Instituto XXV Olimpiada (la Font de la Guatlla) lo hicieron delante de los domicilios documentados de Francesc Boix, Carme Boatell y José Alcubierre, al Poble-sec y a Sants.
Este año la primera de estas nuevas Stolpersteine se ha colocado en la calle de Ferlandina, 65, en el Raval, en recuerdo de Eliseu Villalba Nebot, un pueblo-sequí militante de ERC que fue subdirector del Mercado del Ninot y, exiliado en Francia, fue deportado en Mauthausen, de donde fue liberado y repatriado.
El miércoles 24/05, alumnas del Instituto Lluís Vives (Sants-Badal) han participado en la colocación del adoquín de memoria Stolpersteine en la Gran Vía de las Cortes Catalanas, 296, en la Font de la Guatlla). Allí vivió Amadeo López Arias (9/01/1922-11/11/1980), que luchó a la Guerra Civil con el Ejército Popular y, después de pasar la frontera por Prats de Molló en febrero de 1939, colaboró con el movimiento antinazi Francs-tireurs et Partisans Français hasta que fue detenido y deportado en Mauthausen. En 1948 volvió de Francia a Barcelona y fue uno de los fundadores más conocidos del Amical de Mauthausen, de la que ahora forma parte su hija pequeña. Las tres hijas de Amadeo López han participado en el acto de colocación del adoquín, en el que alumnos del Institut Lluís Vives han leído textos, la biografía y un poema, además de realizar una actuación de baile de bastones.
El jueves 25/05, alumnos del Instituto Escola Arts (Hostafrancs) colocan Stolpersteine delante de las casas de los dos represaliados que han estudiado este curso: Mercedes Núñez (en la calle de Santa Anna, 5, en el barrio Gòtic) y Mariano Carilla (en la calle de las Cabras, 6, en el Raval).
Mercedes Núñez Targa (16/01/1911-4/08/1986) trabajó en el consulado de Chile en Barcelona, donde llegó a estar secretaria de Pablo Neruda, cuando este ejerció de cónsul. Afiliada a las Juventudes Socialistas Unificadas y, más adelante, al PSUC, a finales de enero de 1939, la dirección del Partido Comunista le encomendó la reorganización del partido en la Coruña. Sometida a un consejo de guerra sumarísimo, pudo escaparse a Francia, donde se incorporó a la Resistencia. Deportada en Ravensbrück, el día que las tropas americanas liberaron el campo iba a ser incluida en un “transporte” en la cámara de gas. Volvió a España el año 1975 y fue delegada del Amical de Mauthausen y otros campos en Galicia.
Mariano Carilla Albalá (11/11/1892-16/08/1941) nació en Lanaja (Teruel) y de bien joven emigró a Barcelona donde participó en las luchas obreras de la época como militante de la CNT. Exiliado en Francia, participó en los combates de Dunkerque, donde fue capturado por los alemanes y enviado en el Stalag VIII-C (Polonia) y posteriormente en los campos de Mauthausen y Gusen. Lo asesinaron gaseado en el castillo de Hartheim.