El verano pasado empezó la reurbanización de toda la calle de Piquer (6.000 m2), una obra del Pla de Barris enmarcada en el nuevo Plan de Movilidad del Poble-sec. Para favorecer los desplazamientos a pie, las aceras han crecido hasta los 2,90 o 3,20 metros, eliminando a cada tramo de la calle una de las dos franjas de aparcamiento que había. También se han generado plataformas únicas elevadas en los cruces con las calles de Lafont y Cabanes.
A principios de este año, precisamente cerca del cruce con la calle de Cabanes, apareció la entrada al refugio antiaéreo 410 del sistema defensivo de la ciudad durante la Guerra Civil. Baja una escalera de 35 peldaños de ladrillo, que daba acceso a la galería. Se trata de una estructura inacabada, que no presenta riesgo de hundimiento y que, una vez documentada con fotogrametría y escáner 3D, se volvió a tapiar para continuar con las obras.
En febrero, el Servicio de Arqueología de Barcelona hizo una cala cerca del cruce con la calle de nuevo de la Rambla y localizó el segundo refugio antiaéreo de la calle de Piquer, identificado con el número 292 en los planos de La Ciudad de los Refugios. La escalera de acceso baja unos siete metros con respecto al nivel de la calle. Una vez derribados los muros que cerraban el acceso a la galería, a estas alturas se trabaja para vaciarla de escombros y piedra. Los trabajos resultan más pesados del habitual porque en algún momento se había tirado cemento líquido y ahora hay que desmenuzar el hormigón para poder sacarlo. Pero la galería, por la cual se ha adelantado ya más de siete metros, se encuentra en buen estado de conservación. Una vez se complete la excavación, se documentará tal como ya se hizo con el otro refugio.