La mejora de la seguridad vial en la ciudad es una de las principales prioridades de la Guardia Urbana, y para ello es fundamental conseguir un cambio cultural en la conducción, la circulación y la movilidad de la ciudadanía que ayude a cumplir las normas básicas de tráfico y, consiguientemente, reduzca la siniestralidad vial y, sobre todo, el número de víctimas de tráfico.
Para alcanzar estos objetivos, es necesario incidir en el control de las conductas de riesgo, como son la conducción con niveles de alcohol superiores a las tasas permitidas o bajo los efectos de sustancias estupefacientes. Es por eso por lo que, desde hoy y hasta el miércoles 23 de diciembre, estará activa una campaña de control en toda la ciudad.
En estos controles, además, se incide especialmente en la realización de pruebas de alcoholemia y drogas al colectivo de conductores de bicicletas y ciclomotores, a causa de su elevado índice de siniestralidad. Se trata de un colectivo especialmente vulnerable que, además, ha visto incrementada su accidentalidad en los últimos años.
En este sentido, el Plan local de seguridad vial 2019-2022 establece trece indicadores prioritarios que actúan para reducir la siniestralidad, y uno de los objetivos de estos indicadores es bajar del 1 % los positivos de alcoholemia en los controles preventivos aleatorios.
Se trata de la cuarta campaña de este tipo realizada desde el mes de febrero, en aplicación de las medidas previstas en el Plan local de seguridad vial y de acuerdo con la planificación programada y coordinada por el Servicio Catalán de Tráfico con las policías locales y las áreas regionales de tráfico de la División de Tráfico de los Mossos d’Esquadra.
La Unidad Central de Tráfico de la Guardia Urbana, además, complementa la campaña con controles de velocidad, y, ante la situación provocada por la COVID-19, también se añaden la vigilancia y el control del cumplimiento de la limitación de la circulación de personas y vehículos.