¿El museo dispone de embarcaciones para hacer actividades con el alumnado?
Sí, tenemos embarcaciones a nuestra disposición. Desde 1997, tenemos el barco Santa Eulàlia, construido en 1918, con el que podemos hacer actividades en el puerto y también navegar. Además, desde el pasado curso también disponemos de la flota de embarcaciones del Consorcio El Far, que se disolvió en el 2016 y fue absorbido, tanto sus programas como su personal, por el Museo Marítimo de Barcelona. Con las embarcaciones del Consorcio El Far ampliamos la temática relacionada con el medio ambiente, la pesca y el mundo de la navegación actualmente. En las barcas pequeñas hacemos actividades dentro del puerto para explicar que es un espacio por donde entran y salen mercancías.
¿Cómo organizáis las actividades cuando salís con las embarcaciones?
Normalmente hacen una parte teórica en el museo y, después, salen a navegar. Son actividades y vivencias, que entendemos que es como se transmiten los conocimientos, muy compartidas y participativas entre profesorado y alumnado, que van desde el ciclo inicial de primaria hasta bachillerato. El alumnado con discapacidad también puede participar porque el espacio está adaptado y todos van con chaleco.
¿El mundo del mar y la navegación se puede trabajar transversalmente?
Creo que es totalmente transversal e intentamos que los proyectos educativos que diseñamos en los Servicios Educativos del museo sean cuanto más transversales mejor. A veces nos cuesta porque los docentes entienden este museo como un lugar donde trabajar la historia; en cambio, desde un barco se pueden trabajar muchas disciplinas:
- medio ambiente;
- tecnología, porque un barco es tecnología pura;
- matemáticas, para saber cuál es la posición de un barco sobre una carta náutica;
- la literatura, porque las referencias literarias al mundo del mar son infinitas;
- lengua extranjera;
- y, también, historia.
No obstante, la concepción que se tiene de este museo o del mundo del mar es al revés: primero, la historia y, después, todo lo demás.
Por eso intentamos que vean que el mundo del mar puede ser el eje de trabajo de todo un curso, con el objetivo de que sea el centro educativo el que se implique, y no solo el profesorado. ¡Creemos que es un esfuerzo mucho más provechoso!
¿Qué tipo de material utilizáis?
Como no podemos tocar el patrimonio, muy a menudo hacemos reproducciones de ese patrimonio que están bastante bien. Hacemos varias actividades en las que se utilizan reproducciones de instrumentos de navegación. En la exposición, los instrumentos originales que no se pueden tocar están en una vitrina. En cambio, con esas reproducciones de los instrumentos, hechas de madera o metal, lo que pretendemos es que el alumnado conozca el funcionamiento utilizándolos, y no a partir de una explicación.
Por otra parte, en alguna visita hemos podido disponer de algunos objetos originales que están en la sala de reserva y no se pueden visitar. En alguna visita concreta hemos conseguido que saquen algunas piezas que los alumnos y las alumnas puedan ver.
¿Hacéis actividades en que se construyen instrumentos de navegación?
Sí, hay una actividad que consiste en aprender a construir un instrumento de navegación de una manera muy elemental, pero el funcionamiento es el mismo. Por ejemplo, construyen un cuadrante, un instrumento de navegación que ya se utilizaba en el siglo XIII, y, después, se hace la práctica en el exterior, donde tienen que calcular la altura del monumento a Colón.
Y, a partir de ahí, tienen que resolver unos ejercicios relacionados con lo que debían hacer los marineros cuando tenían que medir la altura del sol respecto del horizonte, que determinaba su latitud.
¿Quién hace las reproducciones?
Las hacían los modelistas. Antes teníamos un taller de modelistas, pero se jubilaron y actualmente no tenemos ninguno. El modelismo es un oficio que se está perdiendo. Trabajaban muy bien: podían hacer un astrolabio o una ballesta en un momento. Actualmente, solo quedan restauradores, que hacen un trabajo magnífico, pero se centran en restaurar piezas, pinturas y documentos en papel que se han deteriorado.
¿Tenéis material audiovisual?
Una de las actividades que llevamos a cabo desde hace muchos años es dentro de un planetario hinchable. Entre semana se hacen actividades para público escolar dentro del planetario y el fin de semana, para el público en general.
Empezó como un espacio donde se hacían sesiones de astronomía, porque está muy ligada a la navegación. Antiguamente, los marineros, cuando navegaban en alta mar, se guiaban por las estrellas y, gracias a estos instrumentos, sabían dónde estaban y hacia dónde tenían que ir.
El planetario es una esfera con un proyector, y las imágenes se proyectan sobre las paredes; el efecto es totalmente tridimensional. El público se sitúa dentro y se siente rodeado de estrellas y constelaciones. Actualmente, se proyectan películas espectaculares. En la exposición también tenemos algún audiovisual, pero están más vinculados a exposiciones concretas.
¿Qué exposición tenéis actualmente?
Las actividades que hacemos están muy unidas a las exposiciones. Actualmente, presentamos una exposición denominada “Astilleros y galeras”, que explica la historia del edificio y el tipo de barco que se construía en él: la galera. Esta exposición tendrá continuidad con otra muestra que se hará el próximo año, titulada “La Cataluña marítima”, que tratará la navegación en Cataluña en su máximo esplendor en los siglos XVII, XVIII y XIX. Y tenemos otra, “Siete barcos, siete historias”, en la que se seleccionaron siete modelos de barcos y siete temas diferentes relacionados con el mundo de la navegación: el deporte, el ocio, el comercio marítimo, los grandes descubrimientos, los piratas, el conflicto en el mar y el cambio tecnológico de la vela al vapor.
¿Utilizáis el teatro como base para vuestras actividades?
Sí, sobre todo en las actividades de educación infantil. Los Servicios Educativos diseñamos las actividades, pero su implementación se hace con empresas externas. Una de las condiciones que ponemos es que el equipo de educadores tenga formación de actor porque en algunas actividades, como por ejemplo la de piratas, el lenguaje es muy teatral. Pensamos que es un valor añadido en una actividad en que se intenta que haya mucha emoción y participación de los niños.
¿Hacéis alguna actividad teatral relacionada con el mar o la navegación?
Preparamos actividades teatrales muy participativas sobre el mundo de las galeras porque el espacio del museo es un escenario inmejorable.
Hace un par de años tuvimos la colaboración de la compañía de teatro Dagoll Dagom en el marco de la obra Mar i cel. Se firmó un acuerdo entre la compañía de teatro y el museo para hacer una actividad para niños después de haber visto la obra. Allí eran espectadores y aquí eran actores. Esta actividad se ha mantenido, aunque la obra ya no se hace, porque la propuesta ha funcionado muy bien.
Actualmente, el alumnado se divide en grupos y cada uno representa un acto de una obra de teatro que se inventó aquí de acuerdo con lo que queríamos explicar. Cada acto explica una temática diferente: los moriscos, las galeras, los galeotes... ¡Esta actividad se hace con chicas y chicos de secundaria y se lo pasan muy bien! Van un poco caracterizados, con algún elemento que identifica a cada personaje y que les permite introducirse en el papel más rápidamente.
¿Crees que aprendiendo con vivencias se aprende mejor?
Nosotros creemos que sí, que las experiencias y vivencias se interiorizan mucho más. Nosotros no queremos explicar, queremos que los niños lo vivan; y que experimenten qué significa subir a bordo de un barco, e izar una vela tirando de un cabo, y saber cómo cuesta subir aquel palo...
¿Cuántas actividades de navegación organizáis?
Tenemos algunas actividades de navegación. Hay unas cortas por el puerto, otras más largas fuera del puerto y una muy larga, que dura seis horas, para el alumnado de secundaria. En esta última, las chicas y chicos llevan el timón, se les marca una ruta en la carta de navegación y tienen que mantener rumbo en esa ruta y desviarse lo menos posible. En otra actividad se alejan un poco más de la costa y, con la carta de navegación, identifican algunos elementos marcados en la carta y los tienen que encontrar en el paisaje. Una vez que los han encontrado e identificado, tienen que averiguar en qué punto de la carta se encuentra la embarcación utilizando las herramientas adecuadas.
¿Participáis en el proyecto “Apadrina tu equipamiento”?
Sí, somos uno de los seis equipamientos que empezamos en este proyecto. Nos gusta mucho porque es lo que entendemos que tienen que ser los proyectos de trabajo con las escuelas: proyectos de larga duración. No tiene que ser la visita puntual al museo o al equipamiento, sino que debe ser una actividad en la que la visita forme parte de esta actividad y no al revés. Tiene que ser un proyecto educativo en que la escuela pueda venir varias veces a trabajar diferentes aspectos del proyecto.
Hemos trabajado con diferentes centros educativos de primaria y de secundaria, como la Escuela Vedruna Àngels, la Escuela Collaso i Gil y el Instituto Miquel Tarradell. Hace ya cuatro años que colaboramos y nos ha sido muy útil para conocer centros educativos que no conocíamos. Nos ha servido, también, para conocer el barrio y abrirnos al colectivo del Raval. Desde que formamos parte de él, nos relacionamos mucho más con otros equipamientos del Raval. Y surgen proyectos entre equipamientos, como el CCCB, y propuestas para desarrollar con la Filmoteca de Cataluña. Tot Raval es la entidad que gestiona este fantástico proyecto.
¿Participáis también en el proyecto PictoEscriptura?
¡Me encantó ese proyecto! Asistí a la Escuela Castella para asesorar en temas de navegación a los alumnos de cuarto de primaria. Las niñas y niños tenían que escribir un cuento relacionado con el mar combinando el dibujo y la escritura. Ese cuento lo empezaron a redactar y diseñar entre todos los alumnos, pero a partir de un punto concreto cada alumno lo acabó como quiso. Así, de una historia común surgieron 25 historias diferentes.
Se creó un personaje, Grum, que era un grumete a quien enviaban correos para que les respondiera las dudas que tenían. Por supuesto, yo era Grum, pero ellos no lo sabían.
Desde el museo tratamos de organizar una exposición a final del curso para mostrar todos los cuentos. ¡La exposición duró un par de meses y fue espectacular! El día de la inauguración vinieron todos los alumnos con sus familias. Las niñas y los niños hicieron que la familia y su entorno conocieran el museo.
Estos son los proyectos que creemos que hacen que se abran las puertas y pueda haber un conocimiento mutuo, generar riqueza, conocimiento e interacción.
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