¿Qué os ha motivado a hacer este tipo de voluntariado?
Màrius: Hace cinco años que me jubilé y un año antes decidí que tenía que mantener las actividades. Así pues, me apunté al voluntariado y, como no tengo nietos, para mí hacer de voluntario es como hacer un poco de abuelo. Las niñas y los niños quieren tener a un adulto a su lado, y les gusta que les cuentes cosas, que los escuches y que les leas. Los voluntarios intentamos jugar con las palabras y, a menudo, leemos un párrafo y tenemos para una hora, porque buscamos palabras en el diccionario o nos ponemos a jugar con las palabras encadenadas... Ayudamos un poco a hacer perder el miedo.
Marina: Creía que me ayudaría mucho en los estudios, ya que estoy haciendo el doble grado de Educación, y que me podría hacer crecer mucho como persona y como futura maestra.
Helena: Mi motivación para apuntarme fue básicamente porque yo estudio Economía y echaba en falta hacer alguna actividad educativa con niñas y niños. De esta forma puedo hacer las dos cosas paralelamente.
Antònia: Yo me he dedicado profesionalmente a la enseñanza y ahora, como voluntaria, disfruto muchísimo porque me he quitado la presión de lo que deben aprender. Compartir, seguir su ritmo, hacer cada día lo que ves que le apetece y divertirnos los dos juntos es un lujo. Pienso que en la enseñanza nos tendríamos que quitar de encima el peso de lo que se debe aprender, creo que se trabajaría mejor. ¡Yo ahora me lo paso muy bien!
Flora: Yo, igual que Màrius, un poco antes de jubilarme decidí que me gustaría hacer un voluntariado, ya que siempre me ha gustado hacerlos, y lo quise probar. Ha sido muy gratificante.
¿Recibís una pequeña formación antes de empezar?
Antònia: Al principio del curso se hace una formación con el voluntariado nuevo y con un formador. Hicimos actividades que después se pueden poner en práctica con los niños. A continuación, nos dieron un talonario con propuestas divertidas y retos simpáticos para proponer en las sesiones de lectura.
Júlia: También hacemos una visita a la biblioteca del barrio, donde la persona que trabaja en la sala infantil nos enseña el espacio y nos hace una selección de libros y material que pueden gustar a los niños del programa (novelas, cómics, álbumes ilustrados, etcétera).
¿A qué niñas y niños acompañáis?
Antònia: Ya hace dos años que hago de voluntaria. Lo he sido con dos niñas muy diferentes. La primera era una niña con muchas capacidades y podíamos explorar un montón de cosas. Lo que le costaba más era el vocabulario, y busqué estrategias para que lo mejorara y aumentara la velocidad lectora.
Este año es una niña totalmente diferente. Es una niña que tiene una enfermedad progresiva y hay momentos en que le cuesta mucho leer o no tiene ganas o está cansada. Entonces, le leo yo y está encantada. Creo que lo que ha aprendido es que leer ahora es agradable y es bonito. ¡Leer no es tan pesado como pensaba! Los ratos que hemos estado juntas nos lo hemos pasado bien y creo que es lo más importante. ¡Cuando el voluntario se lo pasa bien, el niño también!
Flora: Ya hace tres años que soy voluntaria, y el primer niño lo tuve durante dos años consecutivos. Recuerdo que era muy fan del Barça y de Messi. Hablábamos mucho de fútbol. Entonces, para motivarlo en la lectura, le recortaba noticias deportivas que encontraba en el diario y fue muy bien. Incluso hicimos una pequeña obra de teatro con otros compañeros de LECXIT y la representaron el último día. La motivación fue muy importante para poder memorizar un pequeño texto. ¡Hay una gran conexión entre voluntario y niño! Creo que les va muy bien tener a una persona que está una hora por ellos.
¿Libros, actividades, juegos de palabras, acertijos, ordenador?
Flora: El programa LECXIT aporta una serie de libros y material del que siempre podemos disponer, pero depende un poco del niño. Este año, hemos leído libros que la niña traía de casa y también los del programa. A veces también íbamos al ordenador para buscar páginas que les resultan interesantes para la lectura. Cuando se acababa el tiempo, jugábamos con los demás niños a juegos de palabras como el ahorcado.
Helena: En mi caso, le ha encantado jugar a las adivinanzas con el ahorcado. Ha sido un recurso muy interesante que la ha motivado mucho y que hemos compartido con una compañera y su voluntaria, de manera que las cuatro pasábamos los últimos minutos de juego juntas.
Antònia: Yo preparaba alguna actividad en la biblioteca. Como es una niña con dificultades, le cogía libros muy visuales, de manera que a partir de las imágenes del libro inventábamos una historia y la escribíamos un poco. ¡A ella le gustaba mucho! El material cambia mucho dependiendo del niño.
Júlia: Como dinamizadora del voluntariado, les llevo un lote de material de LECXIT a la biblioteca escolar para que puedan elegir y, una vez al mes, voy a la biblioteca del barrio para complementar el material existente. Las bibliotecas de referencia son la Francesca Bonnemaison, Andreu Nin, Sant Pau-Santa Creu y la Fraternitat.
Antònia: Algunas veces habíamos hecho un encuentro con otras voluntarias para compartir las actividades que hacíamos con los niños y a mí me había ido muy bien. Recuerdo a una voluntaria que decía que hacía una especie de registro de las actividades que iba haciendo y, de vez en cuando, las recordaba con el niño, que atendía las cosas que habían hecho. Tomé esa idea y ahora, a final de curso, hice una lista en el ordenador de todos los libros que leímos y la imprimí. ¡Y fue bien!
¿Habéis notado alguna mejora?
Màrius: Yo siempre pregunto a los coordinadores, Júlia y Àlex, qué dicen los maestros.
Júlia: A mí me han dicho que han mejorado en la motivación por la lectura. Y, por ejemplo, los más pequeños han mejorado con respecto a la timidez que sienten cuando leen en la clase en voz alta. También tienen más libros para recomendar y visitan bastante más la biblioteca. El catalán les va mejor.
Àlex: Desde LECXIT, no sé si lo sabéis, a los niños, tutores, voluntarios y familias se les pasa un cuestionario a final de curso y todo el mundo valora el proyecto de manera bastante positiva. Por otra parte, hacemos unas pruebas de comprensión lectora a toda el aula al inicio y al final de curso, y se ve una mejora muy importante.
Los niños que han sido seleccionados por los tutores para participar en LECXIT tienen un nivel de comprensión lectora bastante más bajo que el del resto de la clase y, a final de curso, con el programa LECXIT, se equipara bastante, e incluso superan el nivel esperado para su curso y su edad.
Júlia: Las madres están muy contentas y valoran muchísimo el trabajo de las voluntarias y voluntarios.
Màrius: Veo que van cogiendo un poco de autoestima porque estos niños y niñas que tienen dificultades en la comprensión lectora son tan o más válidos que los que no tienen dificultades. A veces no tienen oportunidades o son más tímidos, más retraídos, y automáticamente se les pone la etiqueta. ¡Con el voluntariado los vamos empujando y, poco a poco, van perdiendo el miedo!
Júlia: También he detectado que, a raíz del apoyo del voluntariado, el niño amplía el abanico de temas y puede leer muchas más cosas que le gustan.
¿Hay algún nexo de complementariedad entre la escuela y el programa LECXIT?
Àlex: Bueno, depende un poco de cada centro educativo. Hay centros donde la comunicación es muy fluida y sabemos los temas que trabaja la escuela porque los hacen muy visibles, y entonces intentamos alinearnos con la escuela; ahora bien, en otros, hablamos con el equipo directivo, pero no con los tutores. ¡Nos dan la confianza! ¡Saben que el voluntariado trabaja bien! Y si hay un problema, responden rápidamente.
Antònia: El año pasado me encontré con que la niña que tenía me preguntaba cómo tenía que hacer los deberes. Desde LECXIT me dijeron que este no era el objetivo, pero cuando tenía que estudiar las comarcas yo le expliqué que era de Lérida y estuvimos mirando el mapa. ¡Sin hacer los deberes puedes echar una mano! Y otro día que tenía que escribir un poema y no le acababa de salir, estuvimos mirando otros poemas y buscando palabras que pudieran rimar. A veces, no a través del maestro, pero sí desde el niño, se puede alinear con lo que se hace en la escuela.
¿Cómo conectáis al voluntariado con el alumnado?
Júlia: Se hace totalmente al azar el primer día a través de adivinanzas. El niño tiene la pregunta y el voluntariado tiene la respuesta y se tienen que encontrar. Hay casos de alumnos que repiten y piden seguir teniendo el mismo voluntario. Normalmente son dos años como máximo.
¿Cómo valoráis haber formado parte del voluntariado LECXIT?
Marina: Me llevo una experiencia muy enriquecedora en todos los sentidos y de mucho retorno. Se la recomiendo a todos los estudiantes que estudien cualquier carrera porque implica mucha responsabilidad y te tienes que organizar porque tienes un compromiso con el alumno. ¡Pienso seguir el año que viene!
Helena: ¡En mi caso también ha sido muy satisfactorio! A veces no he podido ir y me sabe muy mal porque las niñas se lo pasan la mar de bien. Cuentan con ello y hay una relación como si fuera una hermana mayor. Me cuentan muchísimas cosas de su vida. Ya no solo ellas aprenden de mí, sino que yo también aprendo de ellas. ¡Se crea una relación muy especial! Estoy muy contenta de que exista LECXIT porque, cuando yo era pequeña, no había estos programas y me ha parecido una experiencia divertida mientras aprendían juntas. ¡El último día estaban muy tristes por no poder seguir el año que viene!
Flora: Los tres años que he sido voluntaria ha sido muy gratificante. Este último año he tenido una conexión muy especial con la niña a la que he acompañado. El último día estuvo llorando todo el rato y no quería que se acabara. La relación ha sido tan intensa que para mí ha sido como una nieta. Ella se ha divertido mucho y ha valorado muchísimo todo lo que le iba proponiendo para mejorar.
Antònia: Cuando empecé de nuevo este año, decidí que no me tenía que fijar expectativas de si leería mejor o si avanzaba en la comprensión. He intentado pasar un buen rato y que la niña se lo pasara bien, y que fuera una buena experiencia. El curso pasado, con la otra niña, conseguí que entrara en el mundo del libro porque no le gustaba mucho. ¡Y creo que eso se consiguió!
El voluntario, con una hora semanal, no puede compararse con el trabajo que hace la familia o la escuela. ¡Este año, mi máxima ha sido motivar a la alumna y que estuviera a gusto!
Màrius: Yo siempre he tenido mucha empatía con niñas y niños. Me siento bien con ellos. Soy flexible cuando veo que necesita hablar en lugar de leer. Este año hemos aprendido bastantes palabras nuevas. ¡Todos, poco o mucho, sacamos un resultado positivo!
Júlia: LECXIT rompe con la lectura obligatoria o pesada y se lee desde la diversión, el interés, se puede elegir... ¡con un adulto al lado que acompaña!
¿Mantendréis el contacto?
Helena: Yo espero que sí. Quiero repetir el voluntariado el próximo año. Ella pasa a sexto y ya no puede acceder al programa LECXIT, pero al menos el día que vaya, cuando salga de clase, espero verla y mantener el contacto.
Flora: Me gustaría continuar con ella, si es posible, para continuar esta relación tan bonita que se ha iniciado.
Un año más despedimos el programa LECXIT durante las vacaciones escolares para que vuelva el próximo curso. Esta vez, con la mirada tierna, entusiasta y responsable de un voluntariado diverso que acompaña a niñas y niños en el gusto por la lectura y abre la mente a nuevos horizontes.
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