HINDUISMO | La alimentación en el hinduismo
La gran diversidad interna del hinduismo impide hacer un resumen, ni siquiera aproximado, de sus prescripciones alimentarias. Sin embargo, los dos pilares fundamentales que sostienen esta tradición, los Vedas y el sistema de castas, pueden ayudarnos a entrever algunas de sus características más generales.
La ayurveda o medicina tradicional es una de las ciencias derivadas (upaveda) de los Vedas. Según esta ciencia, la diversidad de funciones del cuerpo humano puede resumirse en tres grandes temperamentos (tridoxa): vatta, pitta y kafa. Estas tres cualidades derivan respectivamente de los tres movimientos básicos (triguna): ascendente (sattva), expansivo (rajas) y descendente (tamas). El médico ayurvédico vela por la salud o la estabilidad equilibrando estas tendencias. Lo saludable se llama en sánscrito svastha (estable), como lo enfermo se denomina en latín infirmum (no estable).
Los alimentos se clasifican y recomiendan según el temperamento afectado. Por ejemplo, la col excita vatta, el jengibre excita pitta o la avena excita kafa. Además, todo alimento se considera que tiene tres sabores: el original (rasa), el potencial (virya) y el posdigestivo (vipaka). En el hinduismo no hay pues alimentos prohibidos, sino alimentos que facilitan el bienestar o lo obstruyen. Es en este sentido que ciertos alimentos o bebidas pueden considerarse ocasionalmente como puros (sattvic o xuddhi) o impuros (tamásico o axuddhi).
Entre los alimentos más puros y preciados encontramos, por ejemplo, la famosa mantequilla clarificada (gui), considerada como una ambrosía que ayuda a equilibrar los tres humores. El ayuno y la moderación en la dieta son prescripciones reguladoras muy recomendadas.
En el hinduismo, animales, plantas y minerales tienen un valor sagrado y se vinculan directamente con diferentes aspectos de la divinidad. Eso hace que prácticamente todos estén dotados de un poder propio al cual puede llegarse a rendir culto.
Dentro del sistema de castas o clases sociales, cada grupo debería seguir prescripciones alimentarias propias. En general, y especialmente en la casta sacerdotal (brahman), se aconseja una dieta vegetariana y sin alcohol. Sin embargo, actualmente (Kali Yuga) son muchas las personas hindúes que han acabado aprobando el consumo de carne y alcohol. Otra prescripción fundamental del hinduismo que actualmente se está abandonando es no aceptar ningún tipo de comida (sobre todo cocinada) ni agua de gente de una casta inferior. La única carne apta para el consumo será aquella en la cual el animal se ha decapitado ritualmente (jhatka) para evitar, como también prescribe el judaísmo y el islam, el sufrimiento del animal.
Como decíamos, las prescripciones alimentarias varían no solo según la casta, sino también según la etapa de un proceso espiritual o la escuela de pensamiento. Así, por ejemplo, cuando una persona hindú ortodoxa entra en la etapa de renunciante, tiene prohibido comer cualquier cosa cocida, como expresión de su proximidad al estado integral y primordial. La mitología griega también se hace eco de este valor simbólico en ciertos mitos como el de Prometeo o Dioniso, entre otros.
En cuanto a las prescripciones alimentarias según la escuela de pensamiento, probablemente las más conocidas en occidente sean las expresadas por el tantrismo. Es conocido que dentro de esta escuela se tiene bastante aprecio por los llamados panchamakaras: madya, mamsa, matsya, mudra y maithuna. Los tres primeros se traducen respectivamente como alcohol, carne y pescado. Su uso estrictamente ritual demuestra claramente la exclusividad de su consumo dentro del hinduismo.
Finalmente, cabe recordar que la alimentación también tiene una función ritual dentro de las ofrendas (naivedya o prasada) ofrecidas tanto a las divinidades como a antepasados, personas santas o invitadas. El devoto hindú expresa su respeto, devoción y hospitalidad ofreciendo la comida como un sacrificio, como lo más preciado que tiene.